Cámbienle el nombre a la Secundaria Wilson, y no sólo porque él fue un racista

David Boaz considera que Woodrow Wilson no merece ser honrado en nombres de una escuela como la Secundaria Wilson de Washington, DC, y sugiere algunos personajes inspiradores para reemplazar dicho nombre.

Por David Boaz

El Distrito de Columbia está planeando cambiar de nombre la Secundaria Woodrow Wilson en la parte noreste de Washington. Una campaña activista para cambiar el nombre ganó fuerzas durante el verano, siendo la alcaldesa Muriel Bowser y el Consejo de la Ciudad quienes respaldaban la propuesta. Un funcionario de la escuela anunció en septiembre que un nuevo nombre sería elegido antes de fin de año.  

La campaña se enfocó en el racismo de Wilson, especialmente su re-segregación de los trabajadores federales. Poco después de su inauguración, una historia del Servicio Postal de EE.UU. reporta, “Muchos empleados afro-estadounidenses fueron bajados de categoría e incluso despedidos. Los empleados que fueron bajados de categoría fueron transferidos a la oficina de letra muerta, donde no interactuaban con el público. Los pocos afro-estadounidenses que permanecieron en las oficinas principales del correo fueron puestos a trabajar detrás de pantallas, fuera de la vista de los clientes”. 

Wilson permitió que docenas de posiciones ocupadas por trabajadores negros designados en la administración de su antecesor, el presidente William Howard Taft, sean ocupadas por nuevos trabajadores blancos designados. Su secretario de estado, William Jennings Bryan, rompió un precedente de más de 40 años designando a un hombre blanco como embajador en Haití. 

Nada de esto fue accidental. En su libro de 1901, A History of the American People, Wilson alabó al Ku Klux Klan por ayudar “a los hombres blancos del Sur” a librarse de “la intolerable carga de los estados sostenida por los votos de los negros ignorantes”.

Pero la hoja de vida de Wilson ofrece muchas razones adicionales para que él no merezca ser honrado. Más notablemente, Wilson condujo a EE.UU. a una guerra innecesaria y desastrosa. La Primera Guerra Mundial ha sido considerada “probablemente la peor catástrofe en la historia”. Ciertamente, fue el error más grande de política exterior de EE.UU.

La participación británica y estadounidense convirtió un conflicto de Europa Central en una guerra mundial. La guerra y sus consecuencias probablemente condujeron a la toma por parte de los comunistas de Rusia, del Nacional Socialismo en Alemania, a la Segunda Guerra Mundial, y a la Guerra Fría

Wilson desde hace mucho había promovido un gobierno federal con un “poder incansable”, y como presidente, rápidamente se propuso expandir el poder federal: un banco central, un impuesto sobre la renta, la prohibición de drogas, las leyes de Espionaje y Sedición, las redadas de Palmer, y la conscripción militar

El editor del Washingtonian Michael Schaffer dice que Wilson no está siendo honrado por su racismo sino “porque fue un presidente reformista y progresivo que lideró el país durante la Primera Guerra Mundial”. Dada la lista de logros mencionados arriba, “reformista” y “progresista” son afirmaciones dudosas. Y que “lideró al país hacia la Primera Guerra Mundial“ sería al menos preciso. 

En suma, el récord no es algo que vale la pena celebrarse. De manera que estamos de acuerdo de que el nombre debería ser cambiado, ¿cuál debería ser el nombre nuevo?

Algunos han sugerido al distinguido dramaturgo, que obtuvo un Pulitzer, August Wilson. No es una mala idea, y podría reducir los costos de cambiar letreros y papelería. Pero puede que no sea una ruptura tan clara. 

Sería difícil argumentar que nombrando a la escuela en honor al abolicionista Frederick Douglass, quien residió hace mucho en Washington, DC, pero ya hay escuelas secundarias con su nombre en Upper Marlboro y Baltimore. 

Pensando más allá de estas opciones, ¿qué tal si consideramos otros personajes inspiradores? 

  • Jeannette Rankin, la primera mujer electa al congreso y la único miembro del congreso que votó en contra de ir a las dos guerras mundiales.
  • Margaret Chase Smith, la primera mujer electa a ambas cámaras del congreso y la primera senadora que habló en contra de la demagogia sin fundamento del Senador Joseph McCarthy.
  • Franklin Kameny, quien, a fines de la década de 1950, lanzó un reto prácticamente solitario a la prohibición del gobierno de empleados homosexuales y lesbianas y quién vivió por décadas en Cathedral Avenue NW, dentro de los límites de asistencia a la Secundaria Wilson.
  • Noor Inayat Khan, nacida en Moscú con un padre indio musulmán y una madre estadounidense, y fue ejecutada en un campo de concentración en Dachau por su papel en la resistencia francesa. 
  • Crispus Attucks, ampliamente considerado como la primera persona en ser asesinada en la Masacre de Boston y por lo tanto el primer estadounidense que fue asesinado en la Revolución Americana, generalmente descrito como afro-estadounidense pero probablemente de descendencia mixta entre africana y nativa.

Deberíamos distinguir entre las personas que honramos con estatuas, nombres de colegios, entre otros. Ninguna persona es perfecta. Pero el récord de Woodrow Wilson no merece ser honrado.

Este artículo fue publicado originalmente en The Washington Examiner (EE.UU.) el 20 de octubre de 2020.