"Caja de conversión" es una inexactitud para el sistema argentino

Por Steve H. Hanke

El señor Jeffery Frankel en su artículo del 13 de junio entona solemnemente el Credo Económico de la Clase Dirigente: "La caja de conversión de Argentina colapsó... porque las limitaciones eran muy rígidas" y porque "las exportaciones argentinas sufrieron una inmensa pérdida en la competitividad".

El término "caja de conversión" aplicado al sistema de convertibilidad argentino es una inexactitud. Una caja de conversión no puede neutralizar los cambios en las reservas internacionales mediante la expansión o contracción del crédito doméstico. Pero el banco central argentino hizo precisamente eso en casi todos los meses de existencia de la convertibilidad (de abril de 1991 a diciembre del 2001). Durante el período de vida de la convertibilidad, el 59% de los cambios en las reservas internacionales netas fueron neutralizados por ajustes contrarios al crédito doméstico. Estos ajustes fueron especialmente pronunciados en el 2001: el banco central se sobrepasó al responder a una pérdida de $12.000 millones en las reservas internacionales con un aumento compensatorio del 122% en el crédito doméstico. De hecho, el banco central argentino intervino en este asunto con tanto aplomo que de 1994 al 2001 su posición de crédito doméstico fue seis veces más volátil que la del banco central de Chile, el cual simplemente cuenta con una política de independencia monetaria y ha tenido una tasa de cambio flotante desde 1999. Los banqueros centrales argentinos no estaban amarrados por una camisa de fuerza, sino que rebotaban en las paredes de una gran celda acolchada.

La afirmación del profesor Frankel sobre la falta de competitividad de Argentina también fracasa en pasar la prueba del olfato. Las exportaciones de Argentina aumentaron cada año durante la convertibilidad excepto en 1999 cuando Brasil, su principal socio comercial, sufrió una crisis monetaria. Incluso en los primeros 11 meses del 2001, cuando Argentina se encontraba en la antesala de una crisis de grandes proporciones, las exportaciones fueron 3.2% mayores que durante el mismo período en el 2000, sobrepasando la tasa de crecimiento real comparable para el comercio mundial del 0.9%

Es hora de que la economía de la clase dirigente cambie los hechos estilizados por hechos y acabe de difamar a las cajas de conversión al señalar con el dedo acusador al sistema de convertibilidad de Argentina. Una tergiversación del sistema argentino y afirmaciones sin fundamento sobre limitaciones y exportaciones poco competitivas podría resultar políticamente correctas, pero no son verdaderamente correctas.

Carta al editor publicada en el Financial Times de Londres el 17 de junio del 2003.

Traducido por Juan Carlos Hidalgo para Cato Institute.