BRICS en problemas
Manuel Hinds dice que "Los que se creían locomotoras ahora se están dando cuenta de que en realidad son vagones halados por los países desarrollados, y que al comprar estos menos, la velocidad que traían se disminuye y podría convertirse en retroceso".
Por Manuel Hinds
Hay un dicho en anglosajón que dice que hay que tener cuidado con lo que uno pide porque se lo pueden dar. Mucha gente ha criticado el desbalance internacional de la economía de EE.UU., que por varios años ha importado mucho más de lo que exportaba, y ha pensado que por eso los países emergentes, que exportaban más de lo que importaban, iban a convertirse en los motores de la economía mundial. Esta gente nunca se detuvo a pensar que los que generan demanda en los mercados internacionales son los que importan menos de lo que exportan, ya que dejan un déficit en su producción que puede ser llenado por otros. Es decir, los que generan actividad en los mercados internacionales son los que compran, no los que venden.
Por supuesto, importar más de lo que se exporta tiene un problema: la diferencia se financia con préstamos, con lo que si la diferencia entre importaciones y exportaciones es muy grande, y si esta situación se prolonga mucho, el país afectado tiene que reducir su demanda de importaciones, aumentar sus exportaciones, o una combinación de las dos. Al hacerlo, por supuesto, reduce el mercado internacional que está disponible para otros países.
Desde los años noventa, varios países, incluyendo EE.UU., estaban en esa situación, demandando mucho más de lo que producían, con lo que se generó un boom internacional. Este boom creó una cadena de oferta. Algunos países, como Alemania y China aumentaron sus exportaciones enormemente vendiéndole productos industriales a EE.UU., España, Irlanda, Italia, Grecia y otros similares. En este boom, la demanda de materias primas necesarias para producir productos industriales aumentó muy fuertemente, causando booms en los países exportadores de productos primarios-incluyendo a Brasil, Rusia, y casi toda América Latina.
Esto fue el boom de los productos primarios, fuente de todas las ideas de que los BRIC y los países productores de materias primas (que son los productos con menor valor agregado) se iban a convertir en las grandes potencias económicas del mundo. Los países desarrollados, se decía, no podían ni siquiera poner sus economías en orden y disminuir los déficits causados por la gran diferencia entre sus importaciones y sus exportaciones.
Ahora los países desarrollados han disminuido drásticamente estos déficits, y la gente está comenzando a entender que con déficits menores, hay menos demanda por productos industriales en los mercados internacionales, y con menos demanda de estos, hay menos demanda de productos primarios también. Los que se creían locomotoras ahora se están dando cuenta de que en realidad son vagones halados por los países desarrollados, y que al comprar estos menos, la velocidad que traían se disminuye y podría convertirse en retroceso.
Entre estos países está Brasil, cuyas exportaciones y producción dependen crucialmente de las ventas de materias primas. Brasil ha entrado en un descenso rápido de su actividad económica desde que los precios de estos materiales comenzaron a bajar hace un par de años. El gobierno ha tratado de todas las maneras posibles de compensar la declinación de estos precios con aumentos de la demanda interna pero no ha logrado nada. La economía brasileña viene para abajo.
Otro país más importante geopolíticamente, Rusia, ha entrado en problemas también. Rusia necesita un precio de 114 dólares por barril de petróleo para poder balancear su presupuesto (la fuente principal de ingresos fiscales y de actividad económica en Rusia es la venta de petróleo). Ahora el precio está entre 78 y 80. Al mismo tiempo, el rublo se ha devaluado un 30 por ciento con respecto al dólar desde principios de año, con lo que las empresas rusas, que están endeudadas en dólares por un total de cerca de 422 mil millones de dólares, y los bancos rusos, que deben 192 mil millones de dólares en dólares, están en peligro de no poder pagar sus obligaciones. Sólo de aquí a fines de diciembre, las empresas y bancos tienen vencimientos por 30 mil millones de dólares. Con la moneda devaluándose, esto representa cada vez más como porcentaje de sus ventas, que están denominadas en rublos. Cada vez tienen que ganar más rublos para poder pagara la misma deuda. Una crisis financiera podría estar por reventar en Rusia con grandes consecuencias geopolíticas.
Es difícil predecir en qué sentido se darán estas consecuencias. Con el tiempo, es claro que Rusia se debilitará y no podrá seguir con sus políticas agresivas. Pero esto puede desencadenar una mayor agresividad en el corto plazo, para lograr los objetivos de Putin antes de que Rusia entre en una crisis paralizante. A la larga, sin embargo, lo lógico es esperar que Rusia, que ha estado muy activa últimamente, va a tener que entrar en otro período de oscuridad como el que tuvo en los años después de 1998, cuando otra caída de los precios del petróleo le generó una crisis económica severa.
China no depende de los productos primarios. Es el único país BRIC que está industrializado. Pero su crecimiento está cayendo porque su demanda interna no puede compensar por la baja de la demanda internacional. Además, como Rusia y como Brasil, corre el peligro de tener una crisis financiera, en este caso porque sus bancos han invertido en muchos bienes raíces que nadie compra (esa fue la causa de la crisis de Estados Unidos en 2008) y porque la tasa de crecimiento no es tan alta como se pensaba. Mucha gente cree que si un país está creciendo al 10 por ciento y luego baja a crecer al 5 por ciento no pasará nada. El riesgo de crisis es muy alto en estas circunstancias porque las empresas, que han estado invirtiendo creyendo que la economía crecerá al 10 por ciento, de pronto se encuentran con una gran cantidad de equipo que tienen que pagar pero que no está siendo usado. Esto puede pasar en China.
Juntando esto con la mala salud de los bancos en Europa y en algunos otros países desarrollados se configura una situación económica internacional bastante delicada.
Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de Hoy (El Salvador) el 7 de noviembre de 2014.