Bienvenido, a menos que sea musulmán

Por Charles V. Peña

Gracias al nuevo programa US-VISIT (Tecnología Indicadora de Visa y Estatus del Inmigrante, según sus siglas en inglés), los visitantes extranjeros serán ahora bienvenidos a los Estados Unidos, siendo fotografiados y tomándoseles las huellas digitales. Durante su estreno en el Aeropuerto Internacional Hatfield-Jackson de Atlanta a comienzos de enero, el Secretario del Departamento de Seguridad Doméstica, Tom Ridge, proclamó que el US-VISIT es "parte de un programa comprehensivo para asegurar que nuestras fronteras permanezcan abiertas a los visitantes pero cerradas a los terroristas." No es claro, sin embargo, que la realidad se asemeje a la retórica del director.

Para comenzar, US-VISIT exime a los visitantes de 28 países. Este es un vacío muy grande por el que, literalmente, puede volar un avión. Inglaterra es uno de los países eximidos. Pero el hecho de que varios vuelos de British Airways hacia los Estados Unidos hayan sido cancelados durante las recientes festividades de fin de año fue un signo de que los agentes de Al-Qaeda podrían estar asentados en el Reino Unido. Así, ellos podrían entrar a los Estados Unidos sin ser inspeccionados.

Francia está también en la lista de los eximidos, aunque es un país con cerca de 5 millones de musulmanes. Mientras la mayor parte de musulmanes franceses son apegados a la ley y pacíficos, la prudencia dicta que debemos asumir que los agentes de Al-Qaeda pueden tratar de incrustarse en la población musulmana francesa para evadir la detección. También debemos asumir que Al-Qaeda puede intentar reclutar simpatizantes dentro de los musulmanes que viven en Francia. De este modo, de nuevo, US-VISIT abre la puerta a terroristas potenciales de Francia. Finalmente, Alemania es otro país eximido por US-VISIT. Pero recuerde que Hamburgo fue el hogar de una de las presuntas células de Al-Qaeda que estuvo envuelta en los ataques del 11 de septiembre. Entonces, ¿tiene sentido excluir a los alemanes del escrutinio de seguridad?

También está la cuestión de si el programa US-VISIT, aún si es aplicado a lo largo de la frontera a todos los extranjeros, trabajará como ha sido anunciado. Su propósito es confirmar las identidades de visitantes extranjeros para asegurarse de que no sean potenciales terroristas. Se puede asumir que eso significa comparar los nombres de las personas con una base de datos de conocidos y sospechados agentes de Al-Qaeda, así como de personas con presuntos lazos con la organización. Piense de nuevo. Según Ridge: "Mientras se procesan más de 20,000 viajeros... US-VISIT ha encontrado 21 personas en la lista criminal del FBI, incluyendo entrantes potenciales con previas condenas por relaciones sexuales con menores, drogas peligrosas, crímenes agravados y varios casos de fraude de visa."

¿Qué es lo malo con este cuadro?

Primero, la simple matemática muestra que US-VISIT arroja una amplia red para capturar a unos pocos, cerca de un diez por ciento del total de pasajeros. Un número irrelevante. Ello porque el programa está vinculado a una base de datos criminal y no terrorista. Así que las pocas personas agarradas son aquellas que uno esperaría capturar: criminales, no terroristas. De hecho, ¿cuántas huellas dactilares tiene el FBI en su lista de criminales? Una buena suposición es, probablemente, que Osama bin Laden y otros agentes de la cúpula de Al-Qaeda no están incluidos.

Otro aspecto potencialmente problemático del programa US-VISIT es que los visitantes extranjeros sean registrados en una base de datos. ¿Por qué gente que no representa una amenaza terrorista contra los Estados Unidos (algo que podemos asumir, puesto no serían admitidos en el país si lo fueran) deben tener sus huellas dactilares y fotografías almacenadas en una base de datos del gobierno? No tiene sentido mantener una base de datos de personas que probablemente son inocentes.

El asunto de la base de datos del US-VISIT es importante por los planes del gobierno de seguir adelante con el programa CAPPS 2 (Pre-Investigación de Pasajeros Asistida por Computador según sus siglas en inglés) para seguridad aeroportuaria. Aparte de las preocupaciones legítimas por la privacidad, la buena noticia es que CAPPS 2 se supone compara los nombres de los pasajeros con bases de datos de supuestos terroristas y criminales buscados. Verificar con supuestos terroristas, en lugar de con criminales de diferentes variedades es una mejora sobre US-VISIT y admite una pregunta: ¿Por qué el US-VISIT no está diseñado para hacer lo mismo?

Pero como US-VISIT, CAPPS 2 presenta un vacío que puede explotarse: Permite que los viajeros de confianza, o registrados que voluntariamente se sometan a una verificación de antecedentes, sean, subsecuentemente, sujetos de una menor investigación de seguridad. Por tanto, convertirse en un viajero de confianza sería un modo para potenciales terroristas para reducir, aunque no eliminar, la investigación de seguridad en los aeropuertos en un esfuerzo por secuestrar aviones. De hecho, la Agencia de Seguridad de Transporte ha rechazado previamente tal programa debido a preocupaciones referentes a que los terroristas en las llamadas células durmientes podrían establecerse como viajeros de confianza.

Una preocupación potencialmente más grande que este vacío, sin embargo, es cómo la base de datos del US-VISIT puede ser usada en unión con CAPPS 2. ¿Compararía CAPPS 2 los nombres de los viajeros con los nombres guardados en la base de datos del US-VISIT? Si es así, ¿por qué? Y cómo afectaría esto el código de color asignado a cada pasajero, siendo "rojo" la prohibición para abordar el avión, "amarillo" el requerimiento de escrutinio adicional en un punto de revisión y "verde" permitiendo la investigación de seguridad rutinaria.

Finalmente, el problema más grande con el US-VISIT y CAPPS 2 es la ley proverbial de las consecuencias involuntarias. Por definición, Al-Qaeda, conformada por terroristas islámicos radicales, es el centro de los esfuerzos anti-terroristas y de seguridad doméstica. Por lo tanto, ser musulmán es un criterio legítimo probable para ser usado por US-VISIT y CAPPS 2 para investigar terroristas potenciales. Pero no puede ser el único. La pregunta es si los procedimientos operacionales de los dos sistemas serán interpretados por los musulmanes en general como que ellos son los verdaderos objetivos. Ciertamente, será obvio para los musulmanes quién está siendo escogido y quién no.

Claro que Estados Unidos debe preocuparse por el potencial terrorista que emana del mundo musulmán. Pero si la percepción es que los países musulmanes y sus ciudadanos están siendo indiscriminadamente resaltados, sólo se reforzaría la noción de que todo el mundo musulmán, no sólo Al-Qaeda, es el objeto de la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos.

La invasión y ocupación de Estados Unidos a Irak ha permitido a bin Laden afirmar que Occidente está invadiendo el mundo musulmán. US-VISIT y CAPPS 2 puede darle crédito a la acusación de que Estados Unidos está llevando a cabo una guerra contra todos los musulmanes. Al final, no importa si esas afirmaciones son verdaderas. Lo que importa es si las acciones estadounidenses llevan a que los musulmanes moderados simpaticen con las acusaciones de Al-Qaeda contra los Estados Unidos. Esa simpatía se convierte en la base del sentimiento último de los musulmanes de que no hay otra opción sino aceptar el hecho radical de que Estados Unidos está buscando extinguir el Islam.

Mientras que es fácil descartar esa posibilidad como lejana, la ignorancia no es una dicha. Una realidad subestimada es que Estados Unidos no puede ganar la guerra contra el terrorismo en el sentido tradicional. ¿Por qué? Porque la verdadera lucha es dentro del Islam entre radicales representados por bin Laden y una mayoría de musulmanes que han reconciliado su visión religiosa y cultural con el Occidente y el mundo moderno. Lo último debe derrotar a lo primero.

Pero si Estados Unidos no puede ganar, ciertamente puede contribuir a perder la guerra, si programas como US-VISIT y CAPPS 2 sólo proveen la seguridad de "sentirse bien" y tienen el efecto de humillar y alienar a los musulmanes que visitan el país. En lugar de darle la bienvenida a los musulmanes y generar una afinidad por los Estados Unidos, el resultado perverso podría desencadenar una plataforma para el reclutamiento de Al-Qaeda.

Traducido por Javier L. Garay Vargas para Cato Institute.