Ayn Rand: 100 Años Después
Por David Boaz
El interés en la novela bestseller de la filósofa y novelista Ayn Rand continua creciendo, 20 años después de su muerte y 60 años después que tuvo su primer bestseller con El Manantial. Rand nació en Febrero 2, 1905, en San Petersburgo, Rusia.
En el oscuro año de 1943, en las profundidades de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, cuando EE.UU. estaba aliado con un poder totalitario para derrotar a otro, tres mujeres admirables publicaron libros que dieron a luz al movimiento liberal moderno. Rose Wilder Lane, la hija de Laura Ingalls Wilder, quien había escrito La Pequeña Casa del Bosque y otras historias del individualismo estadounidense, publicó un ensayo apasionado llamado El Descubrimiento de la Libertad. La novelista y crítica literaria Isabel Paterson produjo El Dios de la Máquina, el cual propuso al individualismo como la fuente de progreso en el mundo.
El otro gran libro de 1943 fue El Manantial, una novela poderosa sobre arquitectura e integridad escrita por Ayn Rand. El tema individualista del libro no encajaba con el espíritu de le época, y los críticos lo hicieron pedazos. Pero el libro encontró los lectores que pretendía encontrar. Las ventas comenzaron despacio, y fueron subiendo y subiendo. Todavía estaba en la lista de bestsellers del New York Times hasta dos años después de su publicación. Cientos de miles de personas lo leyeron en la década de los 1940s, millones eventualmente, y muchos de ellos fueron inspirados para buscar más información sobre las ideas de Ayn Rand.
Rand prosiguió a escribir una novela aún más exitosa, La Rebelión del Atlas, en 1957, y fundó una asociación de personas que compartían su filosofía, la que ella denominó Objetivismo. Aunque su filosofía política era liberal, no todos los liberales compartían sus opiniones respecto a metafísica, ética, y religión. Otros se molestaron por la severidad de su presentación y por sus fanáticos seguidores.
Como Ludwig von Mises y F.A. Hayek, Rand demuestra la importancia de la inmigración no solo hacia EE.UU. sino hacia el liberalismo estadounidense. Mises había huido de su Austria nativa justo antes de que los Nazis confiscaran su biblioteca, Rand huyó de los comunistas que subieron al poder en su Rusia nativa. Cuando un oyente no partidario le preguntó durante un discurso público, “¿Por qué debería importarnos lo que un extranjero opine?”, ella contestó con su perspicacia usual, “Yo escogí ser estadounidense. ¿Tú qué has hecho alguna vez, además de haber nacido?”
George Gilder llamó a La Rebelión del Atlas “la novela más importante de ideas desde La Paz y la Guerra”. Escribiendo en el Washington Post, él explicó el impacto de ella en el mundo de las ideas y especialmente en el mundo de las ideas capitalistas: “Rand lanzó sus gigantescos libros contra los dientes de una inteligencia que todavía estaba intoxicada con el poder del estado, durante una era cuando Dwight Eisenhower mantenía niveles de impuestos de un 90 por ciento y confesaba su inhabilidad de contestarle a Nikita Khrushchev su aseveración de que el capitalismo era inmoral porque estaba basado en la ambición”.
Los libros de Rand aparecieron por primera vez cuando nadie parecía estar apoyando la libertad y el capitalismo, y cuando aún los más grandes defensores del capitalismo enfatizaban su utilidad más no su moralidad. Se decía muchas veces en ese entonces que el socialismo era una buena idea en teoría, pero que los seres humanos no eran suficientemente buenos para el socialismo. Ayn Rand insistió que el socialismo no era suficientemente bueno para los seres humanos.
Sus libros atrajeron millones de lectores porque ellos presentaban un caso apasionado y filosófico a favor de los derechos individuales y del capitalismo, de tal manera que los lectores no podían dejar de leerlos hasta devorárselos. Las personas que leyeron a Rand y entendieron el mensaje no solo se convirtieron en personas alertas a los costos y beneficios, incentivos, e intercambios. Ellos se convirtieron en abogados apasionados de la libertad.
Rand era una anormalidad en los 1940s y los 1950s, una defensora de la razón y el individualismo en el tiempo del gobierno grande y la conformidad. Pero ella era la escultora de los 1960s, la época de “has tu propia cosa” y la revolución de la juventud; los 1970s, despectivamente conocida como la “década del yo” pero tal vez mejor comprendida como una época de escepticismo sobre las instituciones y un vuelco hacia el auto-mejoramiento y la felicidad personal; y los 1980s, la década de las reducciones de impuestos y la iniciativa.
A lo largo de esas décadas sus libros continuaron vendiéndose—22 millones de copias a lo largo de los años, y todavía se van de las repisas. De acuerdo a Penguin/Putnam, firma que publica sus libros, las ventas de La Rebelión del Atlas han excedido las 140,000 copias en el 2002, han subido por un 10 por ciento desde el último año. Las ventas combinadas de sus cuatro novelas en edición de libro de bolsillo excedieron las 374,000 copias. Ese nivel es más alto que cualquier otro año después de la muerte de Ayn Rand en 1982. Súmenle las ventas de cubierta dura, ediciones de clubes de libros, y sus trabajos de no-ficción, y los lectores están comprando 500,000 copias de sus libros cada año.
Estudiantes de universidades, profesores, trabajadores, Alan Greenspan, el grupo de rock Rush y el principal concejal económico del presidente ruso Vladimir Putin, todos se proclaman como aficionados de Ayn Rand. Tanto El Manantial como La Rebelión del Atlas aparecen en la lista de bestsellers clásicos de Barnes and Nobles, y guionistas están trabajando en guiones para películas de los dos. En una encuesta realizada a los lectores del Club del Libro del Mes de la Biblioteca del Congreso, La Rebelión del Atlas salió en segundo lugar después de la Biblia como “el libro más influyente para los estadounidenses hoy en día”.
Recientemente Rand ha sido el sujeto de retratos en USA Today, el Washington Post, el New Yorker, y de la seria de “Escritores Americanos” de C-SPAN. Su nombre ha aparecido en novelas de Tobias Wolf y William F. Buckley, Jr.; en reportajes del aniversario número 50 de Playboy; en Playbill, la revista de teatro; en retratos de periódicos de su amigo Mickey Spillane; en una película de Showtime llamada La Pasión de Ayn Rand, protagonizada por Helen Mirren; y en un documental, Ayn Rand: Una Sensación de Vida, que fue nominado para un premio de la academia en 1997. Ella hasta apareció en una estampilla de primera clase como parte de de la serie literaria del Servicio Postal. Una cita de Rand saluda a los visitantes del pabellón estadounidense en Epcot Center de Walt Disney.
Pocos escritores son más populares—o más controversiales—que Ayn Rand. A pesar del éxito comercial enorme de sus libros, y de la gran influencia que ella ha tenido sobre la cultura estadounidense, los críticos y otros intelectuales generalmente han sido hostiles. Han rechazado su defensa del individualismo y el capitalismo, ridiculizado su “prosa púrpura”, y se han mofado de su moralidad blanca y negra. Ninguno de estos parece haber disuadido a sus millones de lectores.
Aunque a ella no le gustaba reconocer sus deudas para con otros filósofos, el trabajo de Rand se basa solidamente en la tradición liberal, con raíces que pueden ser rastreadas hasta Aristóteles, Aquinas, Paine, Bastiat, Spencer, Mill, y Mises. Ella llenó sus novelas con ideas de individualismo, libertad, y gobierno limitado de tal forma que muchas veces cambió la vida de sus lectores. Los valores culturales que ella defendió—razón, ciencia, individualismo, realización, y felicidad—están esparciéndose alrededor del mundo.
Traducido por Gabriela Calderón para Cato Institute.