Almagro y el Frente Amplio: los reales motivos de su expulsión
Hana Fischer dice que Luis Almagro fue expulsado de su partido político en Uruguay, el Frente Amplio, por constantemente poner en evidencia la complicidad de ese partido y sus líderes con las dictaduras en Cuba y Venezuela.
Por Hana Fischer
El partido político que gobierna en Uruguay expulsó de sus filas –por unanimidad– al Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. El “fundamento” de tan denigratoria decisión fue el dictamen de su Tribunal de Conducta Política (TCP). Allí se expresa que los actos de Almagro con respecto a Venezuela, “pueden considerarse la violación más grave” de los principios del Frente Amplio “que cabe imaginar en el ejercicio de la altísima función que tiene a su cargo”.
Resalta que “es inequívoca la incompatibilidad absoluta de esa postura con los principios que sustenta el Frente Amplio en materia de derecho internacional y defensa del principio de no intervención como pilar indispensable del régimen interamericano. La preservación de este principio en toda circunstancia es vital, cualquiera que sea la visión que se tenga sobre la situación interna de un país”.
Dado que estamos hablando de jueces morales, los “considerandos” sobre los que basan su fallo nos comunican los valores éticos y conductas asociadas que defienden esos magistrados. Asimismo, la ética que mueve a los miembros del Plenario del Frente Amplio que expulsaron a Almagro por considerarlo “indigno” de integrar sus filas.
Si para ellos el comportamiento de Almagro es “despreciable”, entonces también lo son los principios y valores morales que defiende. Esto es interesante porque nos brindará una radiografía de la conducta ética de esas personas. Es decir, sacará a la superficie aquellas cosas que defienden y los auténticos móviles de su accionar.
Lo primero que hay que mencionar, es que el Frente Amplio y el gobierno uruguayo son muy cercanos a las dictaduras que asolan a Venezuela y Cuba. Explícita o implícitamente las han defendido en todas las instancias posibles.
En la vereda opuesta se ha plantado Almagro desde que dirige a la OEA. Han sido constantes sus denuncias sobre la situación política y humanitaria imperantes en Venezuela. Y últimamente, ha definido a Cuba como “la dictadura más antigua” de América, acusó a sus gobernantes de “crímenes de lesa humanidad” y de exportar “violencia” a Venezuela y Nicaragua.
La “excusa” puntal que utilizó el Frente Amplio para juzgar y expulsar a Almagro, fueron unas palabras pronunciadas en septiembre de este año cuando estaba en la frontera colombiana-venezolana. Su objetivo era constatar directamente la situación de los miles de venezolanos que huyen debido al hambre, la falta de medicinas básicas, la inseguridad y la persecución política.
Conmovido ante tanta tragedia humana, declaró: “Las acciones diplomáticas están en primer lugar”, pero no se pueden descartar otras dada la gravedad de la situación. “En cuanto a intervención militar para derrocar al régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”. Entonces, rasgándose hipócritamente las vestiduras, grupos del Frente Amplio exigieron su expulsión por haber hecho referencia a una eventual intervención militar. El expresidente “Pepe” Mujica manifestó que una intervención militar no es “negociable bajo ninguna circunstancia” porque los que intervienen son “poderosos” que cubren sus acciones con banderas de derechos humanos.
Un indignado Almagro les retrucó manifestando: “Defienden dictaduras, defienden opresión, defienden represión, defienden tortura, defienden a los torturadores, defienden a los asesinos, defienden a aquellos que violan a los presos políticos. No sean ridículos, no sean imbéciles”.
Por otra parte, dice mucho acerca de los “principios” defendidos por el Frente Amplio el hecho de que callen y se hagan los “bobos” con respecto al ejército de ocupación cubano que opera en Venezuela que, por cierto, no es para proteger los derechos humanos sino todo lo contrario.
En 2008 se establece en Venezuela el “Grupo de Cooperación Estratégica” dirigido por un general de las Fuerzas Armadas de Cuba, cuya función es la de asesorar a las venezolanas y revisar los nuevos planes operacionales de acuerdo con la nueva doctrina militar. Ello incluyó el establecimiento de una unidad militar cubana de unos 200 a 300 efectivos con sede en Fuerte Tiuna que operan en las diversas áreas del nuevo concepto de defensa. En el 2012, ya habían pasado por Venezuela 210.000 cubanos. En la actualidad, hay unos 80.000 instalados ahí.
Por consiguiente, lo que en realidad les molesta sobremanera al gobierno y al partido oficialista, es la actitud de Almagro hacia sus aliados ideológicos y… ¿cómplices? Eso ha quedado claro desde hace mucho tiempo. En 2015, Almagro estaba denunciando la violación de los derechos humanos en Venezuela y que la dictadura de Nicolás Maduro estaba organizando un fraude electoral. En ese contexto, Mujica le mandó una carta diciéndole: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”.
En el 2016, cuando Maduro endureció la mano con la oposición y Almagro quiso activar la cláusula democrática de la OEA, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez afirmó: “No estamos, y lo digo en forma personal, de acuerdo con la actitud que ha tomado el secretario general Almagro. Ya lo hemos dicho estando en la Unasur y en la presidencia pro témpore del Mercosur”. En estos días cuando se hablaba de expulsar a Almagro del Frente Amplio, Mujica afirmó: “Me parece que hace rato las cosas están determinadas y meridianamente claras” con respecto a ese tema.
Almagro no se quedó quieto y mediante una carta expresó su opinión sobre la forma en que fue juzgado y expulsado del Frente Amplio. Comienza expresando que “no es admisible pretender juzgar la ética política de una persona partiendo desde la propia falta de ética del TPC”. Agrega: “Es lamentable que este TPC tenga la indecencia de efectuar un pronunciamiento sobre una persona sin hacer traslado de denuncia, no de acusación, ni dar vista de actuaciones o testimonios o medios de prueba y sin siquiera darle a conocer sus conclusiones. He tenido durante este proceso las mismas garantías que un preso político en Venezuela o en Cuba. Ello tiene la misma sustancia de las dictaduras que he confrontado por su absurda falta de garantías para hacer valer derechos fundamentales”. Dijo que el TPC había actuado “sin el más mínimo sentido de la justicia”.
Luego dijo: “Pero fundamentalmente, y aquí está la mayor inmoralidad respecto al trabajo del TPC, para evitar la discusión en el marco ético que debe ser abordado, esto es la dictadura venezolana y la cubana, esto es respecto de la crisis humanitaria que vive Venezuela, la crisis migratoria, los torturados y asesinados por la dictadura, los presos políticos de la misma”. Almagro afirma que “Lo hacen para evitar hablar del hambre del pueblo venezolano, de las venezolanitos que mueren de desnutrición infantil, de los que mueren por no poder hacerse diálisis o por no tener insulina, o los que mueren de cáncer porque el régimen les niega quimioterapia a los que no presentan el ‘carnet de la patria’. Para no tener que hablar de la indecencia de un régimen que se niega a recibir ayuda humanitaria y condena con ello a millones al sufrimiento”. Y que “Cuando la verdad no es admitida dentro de una organización ello significa que su construcción política se está edificando sobre la mentira y la falsedad”.
Culmina la carta señalando: “Definitivamente sí, nos separan principios fundamentales, donde ustedes están parados en la defensa de la dictadura venezolana y de sus violaciones de derechos humanos (torturas, asesinatos, presos políticos) y la defensa de una dictadura arcaica […] Definitivamente sí, tenemos diferencias irreconciliables en principios fundamentales de derechos humanos y democracia”.
Falsedad, hipocresía, carencia de empatía, autoritarismo, doblez moral… parecerían ser los rasgos predominantes dentro del partido de gobierno. Por eso Almagro fue expulsado del Frente Amplio: porque constantemente los deja en evidencia.
Este artículo fue publicado originalmente en el Panam Post (EE.UU.) el 22 de diciembre de 2018.