Alegrías y sinsabores liberales

Carlos Rodríguez Braun reseña la última edición del Índice de Libertad Humana publicado por Instituto Cato y el Instituto Fraser.

Por Carlos Rodríguez Braun

Acaba de aparecer una nueva edición del Human Freedom Index de los institutos Cato y Fraser, que pondera 82 indicadores para clasificar 165 países según su libertad. El resultado es ambiguo para los liberales. No sorprende que entre las naciones más libres figuren Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Canadá, Finlandia, Australia, Suecia y Luxemburgo. Tampoco llama la atención que la lista de los menos libres incluya China, Arabia Saudí, Irak, Irán, Sudán, Yemen, Siria y Venezuela. Es lógico que España ocupe el puesto 25, y que mi Argentina natal figure en un mediocre sitio 74. Complace ratificar que el relativo mayor liberalismo es bueno para todos, y especialmente para las mujeres, cuyas libertades están más protegidas en América del Norte y Europa Occidental, y menos protegidas en el Medio Oriente, el África septentrional y subsahariana, y el sudeste asiático. Pese a la incesante prédica anticapitalista, los países económicamente más libres siguen siendo aquellos donde los ciudadanos disfrutan de un mayor nivel de vida (aquí el documento completo).

Sin embargo, hay sombras. Comparando con 2008, los datos de 2019, último año con toda la información necesaria disponible, resulta que la libertad del mundo ha disminuido ligeramente. Esa relativa estabilidad oculta una apreciable desigualdad: menos del 15 % de la gente vive en países con más libertad, mientras que más del 40% lo hace en países con menos libertad. Muchos hablan de desigualdad, pero pocos consideran que esta brecha, entre los más y los menos libres, se ha ensanchado en la última década.

Uno de los autores del informe, Ian Vásquez, señala: “La gran mayoría de la población mundial, el 83 %, ha visto disminuir su libertad desde 2008, incluyendo a los diez países más poblados: China, India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Rusia y México”. Considerando que esta inquietante tendencia tuvo lugar antes de la pandemia, es razonable compartir la impresión de los investigadores, que estiman que sus futuros estudios revelarán “un deterioro en los indicadores de la libertad global”.

A menudo se nos asegura que Estados Unidos es el paradigma del liberalismo. No es, desde luego, lo que dicen allí los liberales, que más bien alertan en sentido contrario. El Índice de la Libertad Humana coincide: Estados Unidos ocupó el puesto número 7 en 2008, y ha caído hasta el 15 en la última edición.

Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 25 de diciembre de 2021.