¿Podrá Putin sobrevivir a un acuerdo en torno a la guerra en Ucrania?

John Mueller considera que a pesar del desastre que ha resultado ser para Rusia la guerra en Ucrania, Vladimir Putin todavía podría permanecer en el poder.

Por John Mueller

Independientemente de cómo termine, es probable que la guerra del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania pase a la historia como un enorme fracaso contraproducente, y es muy posible que se le recuerde como Vladimir el Tonto, o, para actualizar un infame apodo del siglo XV, como Vlad el Empalador de sí mismo.

Para muchos comentaristas, esta desastrosa trayectoria sugiere que Putin tiene los días contados. Sin embargo, existe una seria posibilidad de que Putin permanezca en el cargo durante cualquier periodo de arreglo sobre la guerra y que siga allí después.

De hecho, la historia ofrece numerosos ejemplos de políticos, especialmente en autocracias, que han sobrevivido a debacles militares. Y la posibilidad de un derrocamiento, ya sea por rebelión popular o por un golpe de la élite interna, es probable que se reduzca si, como en este caso, no parece haber una alternativa viable esperando entre bastidores o en las trincheras.

El paralelismo más pertinente con la desventura de Putin en Ucrania puede ser la guerra de Chechenia de 1994-96 bajo Boris Yeltsin. Cuando esa aventura se convirtió en un desastre, Yeltsin elaboró desesperadamente un acuerdo de retirada en virtud del cual Chechenia podría haber sido capaz de separarse formalmente. Estos humillantes acontecimientos se produjeron durante la campaña de reelección de Yeltsin en 1996, y aun así fue reelegido.

Por lo tanto, Putin bien podría ser capaz de reprimir cualquier tentación de escalar catastróficamente la guerra, y no está nada claro que necesite que le hagan muchas concesiones para salvar la cara, retirarse de su debacle y retirarse de Ucrania.

De hecho, si Putin necesita una excusa –o un tema de conversación– puede simplemente reafirmarse en la principal justificación que presentó para la guerra al principio, una justificación que, por extraña que sea, parece haber sido aceptada sustancialmente en Rusia. Comparando la situación en Ucrania con la que condujo a la invasión alemana de Rusia en 1941, argumentó que su ataque estaba diseñado para impedir que la OTAN estableciera una presencia militar en Ucrania desde la que eventualmente invadiría Rusia. Por supuesto, esto es ilusorio, pero puede convertirse en un alegato de victoria que los rusos, cansados y recelosos de la guerra, aceptarían fácilmente.

Para un comentario más extenso sobre esta cuestión, véase mi ensayo publicado originalmente en Foreign Affairs.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 22 de septiembre de 2023.