Dinamarca: libre mercado con estado benefactor
Miguel A. Cervantes y Victor H. Becerra indican que aunque Dinamarca tiene impuestos altos y un amplio estado benefactor, sus ciudadanos continúan gozando de niveles altos de libertad económica y de uno de los ambientes más amigables para los negocios.
Por Miguel A. Cervantes y Victor H. Becerra
En América Latina se difunde mucho la idea de que los países escandinavos (Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca) son socialistas. Esta idea no ha permitido conocer con claridad sus mejores prácticas en materia económica y tal vez aplicarlas en nuestros países.
Los países escandinavos no tienen las características distintivas de los países socialistas, como son la planificación centralizada, el control de precios, las empresas del estado, las nacionalizaciones o expropiaciones. Todas estas características del socialismo no están presentes en los países escandinavos.
Los países escandinavos tienen un amplio estado benefactor e impuestos elevados. Pero digámoslo claro: no fue el estado benefactor ni los altos impuestos los que hicieron ricos a estos países. De acuerdo con Dan Mitchell, los países escandinavos se hicieron ricos mucho antes de tener un estado benefactor y cuando existían impuestos bajos. El estado benefactor se introdujo cuando ya eran países exitosos y la pretensión de convertir tal estado benefactor en uno de orientación socialista, condujo a graves desequilibrios económicos, sólo resueltos con más libre mercado y desregulación estatal.
Hoy Dinamarca está abierta a la inversión petrolera, lo cual no es el caso en los países intervencionistas. De acuerdo con el Reporte de la Encuesta Petrolera del Instituto Fraser, realizada en 2015, Dinamarca se encuentra en el lugar 25 entre los más atractivos para el desarrollo de la exploración y producción petrolera entre 126 jurisdicciones en el mundo. Esto nos indica que Dinamarca impulsa prominentemente la inversión petrolera privada.
La mejor manera de medir el nivel de libre mercado es el índice de libertad económica del Instituto Fraser. Al respecto, Douglass North ha señalado que el índice del Instituto Fraser es la mejor forma de medir la existencia de mercados libres. Así que veamos la libertad económica existente en Dinamarca. En el reporte más reciente, Dinamarca obtiene el puntaje de 7,77/10 y se encuentra en el lugar 16 de 162 países clasificados, siendo el país escandinavo con mayor libertad económica.
Ahora veamos con detalle los 5 componentes que integran el reporte.
En el primer componente, tamaño del estado, el puntaje de Dinamarca es de 4,13, el cual es uno de los componentes más bajos y adversos de Dinamarca. ¿La razón? El gasto del gobierno como porcentaje del gasto total es de un enorme 35 por ciento. Del mismo modo, los subsidios como porcentaje del PIB son del 21 por ciento. Pero, por otro lado, las empresas de estado no son parte importante de la inversión total. En contraste, el impuesto sobre la renta personal puede llegar al 52 por ciento, un nivel francamente confiscatorio. Este componente le resta competitividad a Dinamarca.
En el segundo componente, sistema legal y derechos de propiedad, Dinamarca tiene el puntaje de 8,08, siendo uno de los mejores del mundo. Esto se debe a la alta independencia judicial, la gran protección a la propiedad personal, una excelente integridad del sistema legal, la completa certidumbre en la compra y venta de propiedad inmobiliaria, y una gran eficiencia de la policía, que está para proteger efectivamente a los ciudadanos.
En el tercer componente, moneda sana, Dinamarca tiene una baja inflación, resultado del excelente manejo de las variables monetarias y una completa autonomía respecto al Estado. Hay también la facilidad de tener cuentas en divisas extranjeras.
En el cuarto componente, libertad de comercio internacional, Dinamarca se caracteriza por tener bajos aranceles. Al respecto, Dinamarca pertenece a la Unión Europea, por lo que no aplica aranceles a los países miembros de la Unión. Además, los costos administrativos para importar y exportar por Dinamarca son muy bajos; de hecho, Dinamarca es el país número uno en la facilidad para importar y exportar, de los 190 países clasificados en el Banco Mundial. Y Dinamarca tiene gran apertura a la inversión extranjera directa. Toda esta apertura comercial ha permitido a Dinamarca el lograr economías de escala, la especialización productiva, el acceso a una gama muy amplia de bienes y servicios, y la innovación.
En el quinto componente, regulación crediticia, laboral y empresarial el puntaje es de 8,32. En cuestión de crédito hay gran competencia bancaria, el estado no interfiere en el mercado del crédito. Gracias al buen manejo macroeconómico, el estado no absorbe el crédito disponible para el sector privado. En cuestión laboral, Dinamarca tiene un mercado laboral muy flexible, bajo una política conocida como “Flexiguridad”. Esta permite renovar indefinidamente los contratos temporales, de modo que las empresas darán un contrato permanente cuando tengan a la persona ideal para el trabajo. El salario mínimo es igual a la productividad del trabajador. Se permite el trabajo irrestricto de horas extras, el fin de semana, el trabajo nocturno, y los días festivos. Se permite rescindir un trabajador cuando la empresa no lo requiere, por ejemplo, en tiempos de vacas flacas. Los sindicatos cooperan con las empresas, no están a la espera de generar conflictos. El único pero en las regulaciones laborales es el servicio militar obligatorio. En cuestiones de regulaciones empresariales, Dinamarca tiene costos burocráticos muy bajos, y tales regulaciones son transparentes, previsibles y hay la certidumbre a largo plazo de que no cambiarán las reglas a mitad del juego.
En el índice Haciendo Negocios del Banco Mundial Dinamarca se ubica en la posición No. 3. Así, abrir una empresa solo toma 5 trámites, en 3,5 días la nueva empresa está autorizada y cuesta 0,2% del ingreso per cápita. Esto nos indica que cualquier persona, aunque no sea rico de abolengo, se puede lanzar en proyectos para emprender una start-up. Es decir, hay una gran movilidad y democratización del empresariado. Por tener excelentes regulaciones, no es necesario dar sobornos a burócratas o a políticos para hacer avanzar las cosas. Obtener las licencias para operar es relativamente fácil y no es costoso. Pagar impuestos en Dinamarca es relativamente fácil. Por todas estas razones es que Dinamarca tiene las mejores regulaciones en la materia, dignas de analizar y tratar de adaptar a nuestros países.
Como vemos en los 5 componentes, solo el primero del tamaño del estado es donde tiene bajo puntaje, por los altos impuestos y gastos del gobierno. Aunque en contrapartida, siendo un Estado grande, también es un Estado con una muy alta descentralización hacia las comunidades locales. En el resto de los componentes tiene excelentes puntajes. En el sistema legal tiene uno de los sistemas legales más justos y de excelencia del mundo. En cuestiones monetarias, la inflación es baja, ya que las variables macroeconómicas se mantienen con disciplina. En libertad de comercio internacional, existe una gran apertura al comercio y la inversión.
Otras investigaciones como el índice de la globalización del Instituto KOF en Suiza, corroboran que Dinamarca está altamente integrado a los mercados mundiales: Dinamarca se encuentra en el lugar 6 en nivel de globalización. En regulación crediticia, laboral y empresarial, Dinamarca tiene excelentes regulaciones. Puede afirmarse que los países con altos impuestos y estado benefactor, pero con altos puntajes en los otros 4 componentes, no se van a empobrecer por tales altos impuestos, sin embargo, el crecimiento económico será lento. El tener altos puntajes en los otros componentes compensa los efectos nefastos de los impuestos elevados. Al respecto, países ricos y dinámicos como Dinamarca, no se preocupan momentáneamente por tener altos crecimientos, pero el alto nivel impositivo sí tiene efectos negativos. Así, Dinamarca puede darse el lujo de tener altos impuestos, pero no es el caso de otros países en desarrollo, los cuales requieren altos crecimientos para alcanzar al mundo desarrollado. Los países en desarrollo deben imitar a Dinamarca en libre comercio, sistema legal, disciplina monetaria y regulaciones transparentes, precisamente las características que le hicieron una sociedad rica y próspera.
Al respecto, recordemos el consejo de Milton Friedman, pensado precisamente en casos como este: los países en desarrollo deben copiar lo que hizo ricos a los países con alto bienestar, pero no copiar lo que hacen ya siendo ricos. Parece un consejo aplicable a nuestra perspectiva de Dinamarca y en general, a la que se suele tener de los países escandinavos.
Dinamarca tiene un libre mercado muy abierto y competitivo, con altos impuestos y la presencia de un desarrollado estado benefactor, pero no es socialista ni intervencionista. En tal sentido, la idea de que los países escandinavos son socialistas o, al menos social-demócratas, no se sostiene en pie.