México: Solución para los migrantes
Sergio Sarmiento señala que mientras que no hayan suficientes empleos de calidad dentro de México seguirán habiendo problemas con el trato que se da a los migrantes mexicanos en EE.UU.
Por Sergio Sarmiento
Varias manifestaciones a principios de este mes bloquearon el Paseo de la Reforma de la ciudad de México para protestar por la ley SB 1070 de Arizona que entró en vigor, aunque muy debilitada por un fallo de una juez, este pasado 29 de julio. No deja de ser paradójico, sin embargo, que los grupos que organizan estas manifestaciones estén contribuyendo con sus acciones, las cuales afectan negativamente la economía nacional, a promover esa expulsión de trabajadores que ha hecho que los estadounidenses busquen formas de proteger sus fronteras.
Nada me parece más triste que ir a suplicar frente a la embajada de EE.UU. en la ciudad de México que se dé un mejor trato a los mexicanos que viven de forma ilegal en aquel país. Con qué cara podemos exigir modificaciones a la ley migratoria de la Unión Americana para proteger los derechos de los mexicanos cuando en México nuestras leyes son más restrictivas y el trato práctico a los inmigrantes más discriminatorio y corrupto. De hecho, mientras que en EE.UU. el 12,6 por ciento de la población nació en el extranjero en México sólo lo hizo el 0,5 por ciento. Esto es en buena medida producto de una política de exclusión de los extranjeros de nuestro país.
En lugar de ir a pedir a nuestros vecinos que acepten una invasión de migrantes que nosotros no hemos querido aceptar en el nuestro, deberíamos estar exigiendo al gobierno y al Congreso mexicanos que tomen medidas para volver más abierta y competitiva nuestra economía. La mejor solución al problema del trato que se da en EE.UU. a los migrantes mexicanos no radica en convencer a los estadounidenses de modificar sus leyes para dar entrada a todos los mexicanos que vivan ilegalmente allá o que quieran ingresar al país. No. La verdadera solución consiste en generar suficientes empleos de calidad dentro de México.
Lo curioso del caso es que los manifestantes que bloquean todos los días el Paseo de la Reforma, provocando que se pierdan empleos e inversiones, y que se oponen al trato que en la Unión Americana se da a los mexicanos, están trabajando precisamente para debilitar la economía mexicana y expulsar a un creciente número de migrantes hacia los Estados Unidos. Cada acción que impide la creación de un empleo en México, o que destruye alguno ya existe, se convierte así en una verdadera traición a la patria.
Para los manifestantes, por supuesto, las protestas son un negocio. Por eso pueden dejar de trabajar de forma indefinida y dedicarse a organizar o llevar a cabo manifestaciones y plantones. Poco les importa que estas acciones afecten negativamente la inversión, la actividad económica y la creación de empleos. Para ellos el empleo es presentarse a protestar. Pero para quienes se ven obligados a dejar el país por no tener trabajo, cada una de estas acciones que daña la economía nacional se convierte en un deterioro adicional de la situación económica que agobia al país y que obliga a la emigración.
Este artículo fue publicado originalmente en Asuntos Capitales (México) el 5 de agosto de 2010.
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