México: Suben los precios
Sergio Sarmiento asevera que el alza de precios registrada entre diciembre y enero ha sido agravada por los incrementos a los impuestos recientemente aprobados.
Por Sergio Sarmiento
Primero la buena noticia. El índice nacional de precios al consumidor tuvo en 2009 su segunda alza más baja en las décadas recientes al registrar un incremento de apenas 3,57 por ciento. La mala es que esta disminución en la inflación fue en buena medida consecuencia de una represión de los precios administrados, esto es, los fijados por el gobierno, como los de la electricidad y la gasolina, que empezaron a subir ya en diciembre del 2009 y que han producido una nueva escalada inflacionaria. Ésta se ha visto agravada en los primeros días del 2010 por los incrementos a los impuestos propuestos por el gobierno y aprobados por el Congreso de la Unión.
Algunos informes periodísticos señalaban cómo entre la primera quincena de diciembre y los primeros días de enero hubo alzas de hasta 25 por ciento en algunos productos básicos. Estos aumentos se están registrando después de la tradicional alza de salarios del 1ro de enero por lo que los trabajadores no tendrán posibilidad de resarcirse del deterioro del poder de compra que están sufriendo.
Los analistas económicos han empezado a subir sus pronósticos de inflación para el 2010. A pesar del bajo nivel logrado en el 2009, virtualmente todos los bancos y empresas independientes de análisis están pronosticando ya alzas superiores al 5 por ciento en este 2010. No es mucho, por supuesto, en comparación con las cifras que nuestro país registraba hace apenas algunos años, pero es un incremento importante sobre el nivel del 2009 y sobre el de menos del 2 por ciento al año que está registrando nuestro principal socio comercial, EE.UU. Es también una tasa de inflación bastante alta si se considera el bajo nivel de crecimiento que está teniendo la economía nacional.
Algunos políticos siguen pensando que una inflación elevada es sinónimo de expansión económica y de creación de empleos. Cada vez es más claro que esto no es así. Es muy común, de hecho, encontrar situaciones de estanflación, esto es, estancamiento económico con inflación, que son particularmente dañinas para cualquier país.
La experiencia en México es que la inflación afecta más a quienes menos tienen. Los empresarios pueden subir precios en cualquier momento para compensar los incrementos en sus costos. Quienes trabajan en la economía informal tienen también esa posibilidad. Los trabajadores sindicalizados logran aumentos salariales sólo una vez al año, pero cuando menos tienen estos ajustes. Los trabajadores más desprotegidos, aquellos que no están sindicalizados, simplemente pierden poder adquisitivo.
El problema es aún manejable. Aun con la oleada de incrementos que hemos sufrido todavía tenemos una inflación razonable, especialmente si se compara con la del resto de los países de Latinoamérica. Pero en buena medida el deterioro que estamos viendo en el nivel de vida de la población, que se está reflejando en un crecimiento muy importante de la pobreza, es producto de este proceso inflacionario.
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