México: El desempleo se agrava

Sergio Sarmiento cree que si el gobierno mexicano reduce los trámites burocráticos, que son muy costosos para las empresas pequeñas y medianas, podría aumentar el PIB en uno o dos puntos porcentuales.

Por Sergio Sarmiento

Para la enorme mayoría de la gente la crisis se mide en términos de desempleo. Muy pocas personas tienen acciones en bolsa o deudas en dólares que afecten su patrimonio en estos momentos de desplome de los mercados. Pero sí entienden la gravedad de quedarse sin trabajo y de buscar otro y no encontrarlo.

Entre enero de 2008 y enero de 2009 nuestra economía perdió 362.474 empleos formales, según las cifras de trabajadores asegurados en el IMSS (Instituto Mexicano de Seguro Social) que publica mensualmente la Secretaría del Trabajo. Entre octubre de 2008, cuando se alcanzó un pico en el empleo, y el primer mes de este año la pérdida de puestos formales de trabajo fue de 491.467.

Un país como el nuestro debería estar creando cerca de un millón de empleos al año simplemente para dar cabida a una población en la que cada año más de dos millones llegan a la edad de laborar. El que en lugar de generarlos los estemos destruyendo, y al ritmo que lo estamos haciendo, debería de preocuparnos.

Ningún país tiene la varita mágica para generar actividad económica y empleos en estos momentos. En la mayor economía del mundo, la estadounidense, primero George W. Bush y ahora Barack Obama han gastado enormes cantidades de dinero para tratar de impulsar una recuperación de la economía, pero lo único que han logrado es empujarla a una recesión que amenaza con ser la más dura desde la Gran Depresión de los años treinta.

El gobierno mexicano ha anunciado también programas de gasto público muy importantes, sin que haya ninguna certeza de que tendrán un resultado positivo en la economía. El propio Carlos Slim, el más próspero empresario mexicano, ha afirmado: "Se va a caer el empleo como no teníamos noticia en nuestra vida, sólo la historia de los años treinta. Van a quebrar las empresas, muchas chicas, medianas, grandes; van a cerrar los comercios; va a haber locales cerrados por todas partes; los inmuebles van a estar vacíos".

Quizá el gobierno mexicano no tenga mucho más dinero para gastar en un esfuerzo por tratar de promover una mayor inversión productiva que genere mayor crecimiento y empleos. Pero lo que sí puede hacer es eliminar las barreras burocráticas que siguen dificultando la actividad económica. Las pequeñas y medianas empresas de nuestro país pagan un costo muy elevado para enfrentar los trámites burocráticos. Sólo las firmas de mayor tamaño, con sus ejércitos de contadores y de abogados, pueden mantener su competitividad ante las restricciones que afectan a la actividad productiva en nuestro país.

Una disminución significativa de los trámites para invertir y generar empleos ayudaría a producir uno o dos puntos porcentuales de crecimiento económico. Esto es mucho más de lo que se puede obtener con un gasto deficitario de 3 o 4 por ciento del PIB. El problema es que es más fácil para los políticos pararse el cuello con programas de gasto que eliminando cuellos de botella. Por eso prefieren tratar de resolver la crisis gastando más dinero de los contribuyentes.

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