No inicien otra guerra
El Presidente Bush continúa confrontándose con Irán, declarando públicamente que las armas iraníes están matando tropas estadounidenses en Irak y pareciendo establecer un pretexto para una posible acción militar. Pero a unas cuantas cuadras al este, Nancy Pelosi y Hillary Clinton han dicho que Bush no tiene la autoridad para expandir la guerra más allá de las fronteras iraquíes.
El Presidente Bush sabiamente nos alertó que el pronto retiro de las tropas estadounidenses de Irak podría conducir a una guerra regional y que deberíamos tomar medidas para evitar aquello. Por lo tanto, ¿por qué parece él estar preparando una guerra contra Irán y tal vez Siria? En enero Bush acusó a los iraníes de “permitir que los terroristas e insurgentes utilicen su territorio para entrar y salir de Irak” y de “proveer respaldo material para los ataques en contra de los soldados estadounidenses”, pero la administración no reveló evidencia alguna de lo anteriormente dicho hasta que se dio una conferencia de prensa de militares en Bagdad un mes después. Y como el General Peter Pace, Director de los comandantes principales, ha dicho, todavía no hay evidencia de que el liderazgo de Irán ha autorizado el lanzamiento de estas armas hacia Irak.
Pareciera que la administración está tratando de presentar a Irán como un cuco de la misma manera que lo hizo con Irak durante el 2002. Tres desarrollos recientes fortalecen la credibilidad de la amenaza de Bush a Irán: En contra de las recomendaciones de la comisión Baker-Hamilton, la administración de Bush conspicuamente omitió a Irán y a Siria de la lista de gobiernos del Medio Oriente con los cuales utilizará “…la totalidad de los recursos diplomáticos estadounidenses para reunir apoyo para Irak”. Segundo, Bush anunció que ordenó el envío de una fuerza de ataque y sistemas de misiles de defensa a la región. La BBC News recientemente reportó que el Comando Central ya ha preparado un plan para un ataque aéreo extenso en Irán.
Y tercero, las fuerzas estadounidenses han detenido a iraníes en Irak sin el permiso del gobierno iraquí. En diciembre, las fuerzas estadounidenses arrestaron a dos funcionarios iraníes de alto rango, ambos dijeron que ellos tenían estatus diplomático y luego fueron librados. Luego, las tropas estadounidenses detuvieron a cinco funcionarios iraníes que dijeron estar estableciendo un consulado en Kurdistán.
Tanto el Secretario de Defensa Robert Gates como el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Tony Snow, negaron que la administración está preparándose para un ataque aéreo en contra de Irán, pero el anuncio de un envío de otra fuerza de cargadores de aviones y de misiles Patriotas a la región sugieren lo contrario.
Las fuerzas estadounidenses controlan completamente el espacio aéreo en Irak y hay pocos blancos adecuados para ataques aéreos aquí entonces otro cargador es totalmente innecesario para aquella misión.
Los Patriotas serán enviados a los estados del Golfo, nos dice Bush, “para asegurar a nuestros amigos y aliados”. ¿Asegurarlos en contra de qué? Las únicas naciones en la región que tienen misiles de alcance medio que podrían amenazar a estos estados son Irán y Siria. Y en un lenguaje inusualmente honesto Irán advirtió a los estados del Golfo que tomaría represalias en contra de ellos si EE.UU. atacaba a Irán desde sus bases en aquellos países. El envío de otra fuerza de cargadores de aviones y de los misiles Patriotas tiene sentido solo si es que la administración está preparándose para hacer eso.
Un efecto secundario estratégico de los ataques aéreos estadounidenses en contra de Irán es que estos casi seguramente conducirían al fracaso de nuestra misión en Irak.
A las tropas de campo desde ya se les hace difícil mantener las actuales fuerzas e Irán puede poner en peligro los intereses estadounidenses en Irak y en la región.
Siguiendo los recientes ejercicios militares iraníes en el Golfo Pérsico, incluyendo el lanzamiento de prueba de un misil de alcance medio anti-barco, el supremo líder de Irán Ayatollah Ali Khamenei advirtió que “si EE.UU. fuese a atacar a Irán, el país podría responder atacando a intereses estadounidenses alrededor del mundo”. La misión de EE.UU. en Irak ha buscado crear un gobierno unido, efectivo, democrático e independiente ahí y aunque aquel objetivo puede que siempre haya sido una fantasía, este seguramente sería sacrificado al expandir la guerra.
Más importante aún es que la resolución de octubre del 2002 provee autoridad para el uso de fuerzas militares estadounidenses solamente para “defender la seguridad nacional de EE.UU. en contra de una amenaza continua por parte de Irak”, una misión bien definida que fue cumplida en las primeras semanas de la invasión estadounidense en la primavera del 2003.
Ninguna otra nación fue mencionada en esta resolución y se requeriría de una interpretación excepcionalmente extraña para declarar una guerra con cualquier otra nación que no sea Irak. Por lo que el Presidente no tiene autoridad para una guerra más amplia.
El congreso y la prensa nos harían mucho bien si cuestionaron a la administración firmemente acerca de sus razones para enviar ataques más allá de las fronteras iraquíes.
Traducido por Gabriela Calderón para Cato Institute.