Migración ilegal: El muro y los políticos

Por Sergio Sarmiento

El Senado de los Estados Unidos tomó este 17 de mayo la decisión de aprobar la construcción de casi 600 kilómetros de tres nuevos muros en zonas urbanas de la frontera con México. Es poco probable que estas nuevas y costosas estructuras detengan el flujo de migrantes mexicanos. Los muros que ahora existen, por ejemplo en Tijuana, no han impedido los cruces de ilegales. Pero la decisión tiene propósitos políticos más que prácticos.

Los senadores republicanos que apoyaron esta medida están más preocupados por mandar un mensaje a los electores, por convencerlos de que tienen una línea dura frente a la migración ilegal, que en establecer medidas concretas para detener el flujo de trabajadores.

La única medida legislativa que realmente detendría esa migración ilegal sería aprobar castigos nuevos, pero no a los trabajadores, como se hace hasta ahora, sino a los patrones que contraten indocumentados. Pero esto es algo que no han querido hacer los senadores ya que saben que dejarían sin personal a decenas de miles de empresas, lo cual provocaría un desplome de la actividad económica en los Estados Unidos.

Pero así como los políticos estadounidenses juegan a mostrarse duros frente a los ilegales, los políticos mexicanos pretenden también ponerse una máscara de dureza que oculte su verdadera tibieza. Hemos escuchado declaraciones agresivas en contra de los senadores estadounidenses de personajes que van desde el presidente Vicente Fox hasta legisladores desconocidos de partidos pequeños. Lo único que logran con esto, sin embargo, es fortalecer la imagen de dureza que los senadores estadounidenses pretenden mostrar a sus electores.

Pero así como los senadores estadounidenses no están tomando las medidas que realmente impedirían el ingreso de trabajadores indocumentados a México, los políticos mexicanos tampoco están adoptando las estrategias que de verdad harían que los trabajadores mexicanos ya no tuvieran que cruzar la frontera para buscar una mejor vida en los Estados Unidos.

Los trabajadores mexicanos están arriesgando la vida para cruzar la frontera porque en la Unión Americana consiguen los empleos que no pueden encontrar en nuestro país. En México solamente hemos creado 600 mil puestos de trabajo en la economía formal en los últimos cinco años, de los cuales sólo unos 30 mil han sido permanentes. En esos mismos cinco años, más de cinco millones de jóvenes han ingresado al mercado laboral. Por esa razón, 400 mil mexicanos cruzan cada año la frontera para buscar trabajo en Estados Unidos y 500 mil se incorporan a la economía informal.

No es imposible crear empleos en una economía como la mexicana. Otras naciones del mundo lo están haciendo. Pero para lograrlo necesitamos hacer reformas que promuevan la inversión productiva y la competitividad. Pero es más difícil hacer eso que criticar a los senadores gringos por tomar una medida que les exigen sus electores.