La razón de ser de los precios
Entre las repercusiones del huracán Katrina sobresalen la ignorancia y la demagogia respecto a los precios. Es un hecho que el desastre natural afectó las condiciones de escasez. Hay menos comercios abiertos, menos viviendas, menos gasolina y nuevas evidencias de escasez surgen cada día. Precios más altos no son sólo una manifestación de cambios en los niveles de oferta de bienes y servicios, sino que nos ayudan a enfrentar la situación y a regresar más rápidamente a la normalidad.
Para entender lo que sucede, tomemos el ejemplo de un hotel que cobraba 79 dólares la noche antes de la devastación producida por el huracán. Contando con esa tarifa, una familia que tuvo que irse de su casa planeaba tomar dos habitaciones contiguas, pero cuando fueron informados del nuevo precio de 200 dólares se metieron todos en un solo cuarto. Para mí, eso es maravilloso. La familia optó voluntariamente en dejar que otros ocuparan la segunda habitación. Los demagogos dirán que están especulando con los precios, pero qué es mejor, ¿una habitación a 200 dólares o ninguna a 79 dólares? El aumento de los precios hace que la gente economice voluntariamente en los bienes y servicios que se han vuelto escasos.
Luego del huracán, el precio de la gasolina se disparó en casi un dólar por galón de la noche a la mañana. Muchos denunciaron la especulación en precios porque los vendedores al mayor y al detal de la gasolina la habían comprado y la tenían en sus tanques antes de la llegada del huracán. Pero la realidad comercial es que lo que el vendedor pagó por la mercancía no necesariamente determina el precio al que la venderá. Para explicarlo en términos económicos: el costo histórico nada tiene que ver con el precio de venta. Supongamos que usted siempre guarda 10 libras de café en su cocina y cuando a mí se me acaba el café me vende una libra por 2 dólares. Pero se desata una ola de frío en Brasil que destruye gran parte de la cosecha de café, lo cual aumenta el precio a 5 dólares la libra. Entonces, yo voy a su casa a comprarle un poco de café. ¿Me lo va a vender a 2 dólares la libra, que fue el costo o a 5 dólares que le costará reponerlo?
Y ¿qué me dice de la casa que usted compró por 50.000 dólares en 1970 y que hoy aspira a que le paguen 250.000 dólares? ¿Es usted un bandido especulador o está simplemente tratando de conseguir el precio que le costaría reemplazar su casa por otra parecida?
La recuperación después de una tragedia natural significa trasladar recursos a la zona afectada. Entonces le pregunto, ¿cómo vamos a conseguir que electricistas, plomeros, albañiles, carpinteros, etc. dejen la comodidad de sus casas en otros estados para irse a trabajar en la reconstrucción de Nueva Orleáns? Si su contestación es pagándoles más es que usted comprende los fundamentos de la economía. Precios y ganancias mayores son los mensajes emitidos por las necesidades humanas y es la manera como se logra que terceros ofrezcan los bienes y servicios requeridos por la gente.
Los políticos de ambos partidos han estado explotando descaradamente la ignorancia y las emociones del público. El gobernador demócrata de Illinois amenazó con demandar a las empresas petroleras. El fiscal general de Alabama, republicano, prometió llevar a juicio a los comercios que aumenten significativamente los precios durante el estado de emergencia. El gobierno del presidente Bush encomendó al Departamento de Justicia y a la Comisión Federal de Comercio que investigue sobre la especulación de precios y el Congreso anuncia audiencias sobre la especulación por parte de empresas petroleras.
Lo que tales ataques políticos no prevén es lo que entonces puede pasar en un futuro desastre natural. ¿Quiénes van a hacer el esfuerzo necesario en proveer bienes y servicios, sabiendo que serán perseguidos por especulación y extorsión? Los políticos beneficiarían mucho más a la ciudadanía si concentran sus energías en frenar la extorsión de los impuestos.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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