El costo de las Zonas Económicas Especiales
Iván Alonso sostiene que las exoneraciones de impuestos no constituyen un ahorro de recursos, sino más bien una transferencia de dinero del fisco a los dueños de los negocios beneficiados.
Por Iván Alonso
Hay grandes expectativas sobre el impacto del puerto de Chancay en la economía del país. El tiempo dirá si el movimiento de carga está a la altura de lo esperado y, sobre todo, cuánto de ese movimiento será carga nueva y cuánto será carga que se desplaza de otros puertos. Pero además del impacto directo del movimiento de carga, hay impactos indirectos derivados del ahorro de costos logísticos, tanto para la carga nueva como para la que se desplace. Sin embargo, si queremos sacar el máximo provecho del nuevo puerto, debemos dejar que sean las ventajas reales provenientes de su ubicación o tecnología las que gobiernen los impactos indirectos, y no las ventajas artificiales que provengan de privilegios fiscales.
La mayor ventaja artificial que se puede imaginar para las actividades económicas que se instalen en las cercanías del puerto es la creación de una zona económica especial (ZEE). La idea ya está en el Congreso, y la discusión en torno a la misma es si la ZEE de Chancay debería ofrecer una tasa privilegiada de impuesto a la renta de 15% o más bien una de 0%; en otras palabras, si exonerar la mitad o exonerar todo.
Las ZEE, lamentablemente, inducen a un uso ineficiente de los recursos escasos con los que cuenta el país. Piense usted en una planta que procesa diez toneladas de insumos para obtener una tonelada de producto. Si se instala en Pucallpa, tiene que transportar una tonelada 700 kilómetros hasta Chancay. Si se instala en Chancay, tiene que transportar 10 toneladas de insumos los mismos 700 kilómetros. Si el costo del transporte, que consume recursos reales, como el combustible y el tiempo de los choferes, se multiplica por diez, ¿qué podría justificar instalar la planta en Chancay? Si hubiera un ahorro que compensara el mayor costo de transporte, la planta se instalaría en Chancay sin necesidad de crear una ZEE. Si no hay un ahorro, la única justificación es la exoneración de impuestos. Para eso sí se necesita una ZEE.
Las ZEE no traen beneficios al país porque la exoneración de impuestos no es un ahorro de recursos; es simplemente una transferencia de dinero del fisco al bolsillo del dueño de la planta. Lo que traen las ZEE son más costos: los costos de instalar las actividades en lugares que no son los más indicados para el uso eficiente de los recursos.
Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 1 de noviembre de 2024.