Perú: ¿Qué pasa si se libera el tipo de cambio?
Iván Alonso considera "quijotesca" la política del Banco Central de la Reserva del Perú de intentar detener la apreciación de la moneda.
Por Iván Alonso
En las últimas semanas el Banco Central de Reserva (BCR) del Perú se ha dedicado a comprar dólares como si el mundo se acabara mañana. Son más de 900 millones de dólares los que ha adquirido desde principios de junio, que se suman a los 315 millones del mes de abril y a los 2.340 millones del primer trimestre del año. En total, el BCR ha comprado más de 3.500 millones de dólares en lo que va del año. Para poner este número en perspectiva, equivale a un 20%, quizás más, del valor total de nuestras exportaciones en el mismo periodo. Aunque oficialmente diga lo contrario, es evidente que el objetivo del BCR ha sido y es evitar una caída más pronunciada del tipo de cambio. Sin pretender aquí juzgarlas, es evidente que la intervención del BCR tiene pros y contras, lo cual nos lleva a una sencilla pregunta: ¿Qué pasa si libera el tipo de cambio?
La masiva y unilateral intervención del BCR, que desde el segundo trimestre del 2009 no ha vendido un solo dólar —solamente ha comprado—, no ha podido detener la tendencia a la baja. Al comenzar el segundo trimestre del 2009 el dólar se cotizaba a 3,16 soles; al cierre del año, a 2,89 soles; y últimamente se cotiza alrededor de 2,82 soles. El temor que motiva la intervención —que no es sino el temor de ciertos grupos particulares, tales como los exportadores o los profesionales independientes que facturan sus servicios en dólares, o de los bancos que han prestado soles a clientes que reciben dólares— es que el tipo de cambio siga cayendo.
¿Qué ha ocurrido para que el tipo de cambio caiga como lo ha hecho en los últimos 15 meses? Para empezar, hemos tenido un superávit comercial (exportaciones menos importaciones) de casi 6.000 millones de dólares el año pasado, que es casi el doble que el superávit comercial del 2008 y que sigue creciendo en el 2010. Quiere decir que le vendemos al resto del mundo mucho más de lo que le compramos al resto del mundo.
Algo tenemos que hacer con los dólares que nos quedan entre manos. Lo natural sería que los invirtiéramos en el exterior: depositándolos en una cuenta en Miami, comprando acciones en la bolsa de Nueva York, adquiriendo una empresa en Argentina o un departamento en París. Si la inversión en el exterior fuera equivalente al superávit comercial, la oferta y la demanda de dólares se habrían equilibrado y el tipo de cambio se habría mantenido estable. Pero el hecho es que mientras los peruanos invertían en el exterior poco más de 4.000 millones de dólares en el 2009, había inversionistas extranjeros que querían invertir mucho más, arriba de 5.700 millones de dólares, en el Perú. O sea que, lejos de compensar el superávit comercial, la inversión neta del exterior hacia el Perú aumentaba la oferta de dólares en el mercado interno. Y en el primer trimestre de este año, los peruanos desinvirtieron más de 600 millones dólares en el exterior, mientras que los extranjeros traían casi 1.700 millones más.
Frente a estos movimientos de capitales, es poco o nada lo que el BCR puede hacer. Su actitud, podríamos decir, es quijotesca. Significativamente, gran parte de la inversión extranjera que ha llegado al Perú en todo el 2009 y el primer trimestre del 2010 no es inversión de portafolio (compra de bonos o acciones), que podría calificarse, a riesgo del calificador, de “especulativa”, sino inversión directa en la compra de propiedades y empresas o en aportes de capital a operaciones ya existentes.
¿Qué pasaría, entonces, si se dejara libre el tipo de cambio? Pasaría que, mientras el Perú sea una plaza de inversión más atractiva que otras, seguirían llegando más dólares de los que se van. El mercado internacional está diciendo que se puede hacer un uso más productivo de los recursos en el Perú que en otros lados. El tipo de cambio seguirá cayendo mientras haya un flujo neto de inversiones hacia el país. La única manera de equilibrarlo y estabilizar el tipo de cambio es mediante un déficit en la balanza comercial. Eso quiere decir: exportar menos e importar más.
Exportar menos puede parecer un contrasentido, pero es lo que se requiere para reorientar algunos recursos productivos hacia su uso más valioso, que hoy parecería estar en el mercado interno. El verdadero contrasentido es la intervención en el mercado cambiario, que en la medida en que consiga atenuar la caída del tipo de cambio, les está diciendo a los empresarios que sigan utilizando recursos en actividades menos productivas. Cuando el BCR compra los dólares a un precio mayor que el que se establecería en un mercado libre, les está dando a ciertos exportadores una rentabilidad que el mercado no les daría.
Es fruto del desconocimiento que mientras las autoridades políticas y monetarias y los líderes empresariales y los medios ensalzan las virtudes del Perú como un destino para la inversión, al mismo tiempo muestren preocupación e inclusive exijan que se tome acción contra lo que no es sino una consecuencia lógica de esas virtudes: la caída del tipo de cambio o, dicho de otra manera, la apreciación de nuestra moneda.
Este artículo fue publicado originalmente en Acrata el 25 de julio de 2010.