Costa Rica: El proteccionismo es la regla en el acuerdo con la Unión Europea
Juan Carlos Hidalgo considera que "las sensibilidades de los consumidores costarricenses" han sido "ampliamente ignoradas por el equipo negociador" del acuerdo con la Unión Europea.
Las negociaciones por un Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea han llegado a un punto muerto ante las posiciones comerciales encontradas de ambas partes. El principal responsable de este impasse es el enfoque proteccionista que impregnó a las discusiones del capítulo comercial. El equipo negociador del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) de Costa Rica ha llenado de exclusiones y amplios plazos de desgravación al acuerdo, poniéndose así el sombrero de los grupos de presión que lo han acompañado en las negociaciones, pero sacrificando a cambio los intereses de los consumidores nacionales que podrían verse beneficiados de bienes y servicios más accesibles.
Ya lo había advertido al inicio del proceso el negociador en jefe del acuerdo, Roberto Echandi, al afirmar que Costa Rica planeaba “defenderse” de aquellos productos que los europeos quisieran vendernos. De tal forma, los primeros bienes en excluirse fueron la papa, el tomate y la cebolla, esto a pesar de que, como informara La Nación, el ingreso de un horticultor nacional es 2,5 veces superior al del costarricense promedio. Geovanny Masís, presidente de la Corporación Hortícola Nacional, señalo que dichas protecciones son necesarias para “preservar las buenas condiciones de quienes se dedican a esta actividad”. Que sean entonces los consumidores los que paguen la factura.
Pero las exclusiones no quedaron ahí. Las pastas, los embutidos, los confites y las bebidas con alto contenido de azúcar también fueron eliminados. Varios productos industriales recibieron plazos de desgravación de entre 13 y 15 años como plásticos, vidrio, papel, entre otros. Los negociadores de Comex incluso solicitaron —y obtuvieron— plazos de desgravación de hasta 10 años en bienes que no se producen en Costa Rica.
Sin embargo, ha sido el tema de los lácteos donde el proteccionismo centroamericano encontró la resistencia de los europeos, quienes piden la entrada libre de impuestos a la región de 4.500 toneladas de leche en polvo. Los negociadores de Comex argumentan la “sensibilidad” del sector lácteo nacional para rechazar dicha solicitud, cuando a todas luces se trata de un esfuerzo por proteger de la competencia a la Dos Pinos, un gigante industrial exento del pago del impuesto sobre la renta, que exporta el 20 por ciento de su producción a Centroamérica, el Caribe, México, e incluso Sudamérica y cuyas ventas representan un 2 por ciento del PIB nacional. Si, como afirma su gerente general, la Dos Pinos “no puede competir” en Costa Rica, ¿cómo es que compite en los mercados donde exporta?
La cuota original solicitada por los europeos representa únicamente 108,5 gramos anuales de leche en polvo por cada consumidor centroamericano. En el caso costarricense, aún si toda la cuota europea entrara al país, ésta equivaldría tan solo al 0,5% del consumo anual de leche. No obstante, esto resulta excesivo para Comex.
Al otro lado de la moneda tenemos las sensibilidades de los consumidores costarricenses, ampliamente ignoradas por el equipo negociador. Para los sectores más vulnerables de la población, el costo de este proteccionismo en productos de consumo básico constituye una condena a vivir por debajo de la línea de pobreza. Hace unos años, un estudio de los economistas Ricardo Monge y Julio Rosales demostró que las 70.000 familias más pobres de Costa Rica gastan el 41 por ciento de sus ingresos en pagar el sobreprecio de productos protegidos como la leche. Una investigación del 2003 de Ecoanálisis confirmó que el sector más pobre de la población gastaba al menos una tercera parte de sus ingresos en pagar el proteccionismo en productos básicos. Abaratarles el costo de los alimentos a los pobres a través del libre comercio es una política con alta sensibilidad social.
Sin embargo, no todo han sido penumbras. El equipo de Comex sí se mostró flexible en ciertas áreas. En una entrevista en El Financiero, el ex ministro Marco Vinicio Ruiz señaló que Costa Rica haría un último ofrecimiento a la UE de permitir la libre importación de licores europeos. Muy generoso de su parte. Los degustadores de whisky escocés y vinos franceses e italianos ciertamente disfrutarán los beneficios de dicha apertura. Es una lástima que la jefa de hogar que a duras penas puede darle leche a sus hijos no psueda decir lo mismo.
Este artículo fue publicado originalmente en La Nación (Costa Rica) el 17 de mayo de 2010.