El Salvador: El FMLN y el desempleo
Manuel Hinds dice que solo por el miedo de que el partido FMLN pueda ganar las elecciones del 1 de junio, la gente no está queriendo invertir en negocios que tengan resultados después de esa fecha.
Por Manuel Hinds
La crisis financiera que está afectando al mundo entero, incluyendo nuestro país, ha venido a acentuar las inhabilidades intrínsecas que tiene el FMLN (Farabundo Martí para la Liberación Nacional) para resolver los problemas económicos del país. La crisis pone en evidencia que no es que el FMLN sea menos hábil que cualquier otro partido político de dar estas soluciones; demuestra que tiene una contradicción estructural con las soluciones que son posibles para estos problemas.
Nadie puede llamarse a engaño sobre la verdadera ideología del FMLN, que pretende establecer una dictadura del tipo Castro en el país. Para hacerlo, está siguiendo una estrategia idéntica a la que ha seguido Hugo Chávez en Venezuela: llegar al poder negando que quiere hacer cambios en el sistema democrático y en la economía de mercado que privan en el país, para luego, al contar con la enorme maquinaria del Estado, imponer una dictadura creciente a través de fomentar la lucha de clases, usando la máxima de divide y vencerás. La creación de esta dictadura requiere que tanto el poder político como el poder económico se concentren en el grupo de personas que quieren controlar la sociedad —los amigos de Chávez en Venezuela, el FMLN en El Salvador—. Es hacia allí que el FMLN quiere llevar al país.
En el último mes la actividad económica ha caído y el mantenimiento y aumento del empleo se ha convertido en la preocupación más grande de la población. Por motivos electorales, el FMLN quiere presentarse como un partido que en el gobierno sería capaz de crear empleos. Pero la creación de empleo requiere inversión, y la inversión requiere de dos cosas: el capital financiero necesario para hacer las inversiones y el capital humano necesario para manejarlos, y el FMLN no tiene ninguno de los dos. Cualquiera puede entender que si lo que se quiere es aumentar el empleo estos recursos deben ser adicionales a los que ya existen. Esto plantea dos problemas muy serios para el tipo de economía que es el ideal del FMLN desde su fundación: la controlada por el Estado. En una economía de mercado los fondos necesarios para invertir están todos ligados con la creación de valor económico. El dinero para pagar la inversión sale de la misma producción generada por ella.
El Estado no puede crear empleos así en el gobierno. El problema es que en el largo plazo el Estado sólo puede generar los fondos necesarios para crear empleo poniéndole impuestos al sector privado. Los préstamos, la otra fuente de fondos que puede usar, deben pagarse, y la única forma en la que el Estado puede pagarlos es cobrando impuestos para hacerlo. Es decir, para tener fondos para invertir, el Estado debe quitárselos al sector privado, con lo que disminuye la capacidad del sector privado de generar empleo. De esta forma, el FMLN podría generar empleos en el gobierno sólo a costa de quitárselos al sector privado. Y, como pasó en Cuba, una vez que destruye al sector privado ya no tiene de dónde sacar los fondos.
Usted podría argüir que el FMLN podría crear empresas estatales, invirtiendo en ellas y generando valor agregado igual que el sector privado. Al fin y al cabo, eso es lo que quieren hacer. Pero allí el problema es la falta de capital humano. Imagine usted, estimado lector, a las empresas salvadoreñas manejadas por las personas que aparecen gritando y arrojando piedras en las manifestaciones, o por los políticos que usted ve en la televisión mostrando el más completo desconocimiento de lo que es una carta de crédito, que creen que los bancos guardan el dinero de todos los depositantes en gavetas, que no entienden de dónde sacan los bancos el dinero para prestar, y que mucho menos saben cómo manejar una empresa.
Pero la contradicción entre el FMLN y la creación de empleo va mucho más allá. Con su retórica agresiva contra el mercado y el sector privado, con sus manifestaciones violentas, con su obvia asociación con Fidel Castro y Hugo Chávez, el FMLN espanta no sólo la inversión sino también el funcionamiento normal de la economía. En este momento, el miedo más grande que está reprimiendo la inversión y el gasto normal, causando el aumento en el desempleo del país, es el de lo que puede hacer el FMLN si gana las elecciones. Ese miedo es mucho peor que el de la crisis. La prueba de ello es que nadie quiere negocios que den su resultado después del 1 de junio.
Ese terror no es un invento de ARENA. Está inspirado en la realidad, en la realización de lo profunda que es la ignorancia de las personas que manejarían las instituciones estatales a todo nivel, y en el énfasis que el FMLN ha dado a la destrucción en toda su historia, sin tener ningún interés en la construcción de una sociedad sana social y económicamente. Estos problemas del FMLN están teniendo ya un costo enorme en trabajos para nuestra sociedad —y sólo con el miedo de que puedan ganar las elecciones—. Imagine usted el desempleo y la crisis que habría si las ganaran.
Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de Hoy (El Salvador) el 14 de noviembre de 2008.