La importancia de acumular riqueza
Por Isaac Katz
Uno puede suponer que normalmente los individuos son racionales, es decir que prefieren tener y consumir más que menos de todo aquello que les deriva satisfacción. No pueden tener todo lo que quisieran ni pueden satisfacer todas sus necesidades porque los recursos que tienen para asignarlos a la adquisición de esos satisfactores, de esos bienes, están limitados. En consecuencia, dada esta escasez de recursos, los individuos tienen que elegir cómo los van a asignar y cuáles de todas sus necesidades van a satisfacer y en qué grado. En este proceso de decisión de cómo asignar recursos escasos, los individuos tienen un horizonte de planeación dentro del cual tiene que decidir cuánto de su ingreso lo destinan al consumo en el presente y cuánto ahorran para consumir en el futuro y es claro que entre mayor sea el sacrificio en el presente, mayor podrá ser el consumo en el futuro.
Ligado a lo anterior, los individuos tienen que tomar otras dos decisiones: primera, cuánto de su tiempo disponible lo asignan al ocio y cuánto a trabajar y segunda, en dónde van a trabajar es decir, en qué sector de actividad económica van a emplear los recursos productivos de su propiedad. Ambas decisiones tienen un solo objetivo, que es tratar de obtener el máximo rendimiento posible ya que ello es lo que les permite generar el ingreso para adquirir los bienes con los cuales van a satisfacer sus necesidades y es obvio que entre mayor sea el ingreso, más necesidades se van a poder satisfacer.
En todo este proceso de decisión, una consideración particular es que los padres desean que sus hijos, cuando tengan la misma edad que ellos, tengan un nivel de vida superior que el que ellos mismos tienen, por lo que en la asignación de recursos, estarán dispuestos a sacrificar consumo propio y destinar esos recursos para que los hijos acumulen capital humano que les permita, en el futuro, generar un flujo de ingreso.
De esta manera, la posposición de consumo presente por parte de los padres, aunado al sacrificio de consumo propio para darle esos recursos a los hijos, se traduce en que en cada generación el valor del capital va aumentando y es este proceso de acumulación de riqueza lo que deriva en una mejora intergeneracional del bienestar, es decir, genera desarrollo económico.
Dado que la acumulación de riqueza es la condición indispensable para el desarrollo económico, sorprende que el Vaticano haya declarado como pecado mortal la “acumulación excesiva de riqueza”. Por lo que se dijo anteriormente, el Vaticano está castigando, implícitamente, el desarrollo económico; está incentivando la perpetuación de la pobreza, acción también calificada ahora como pecado mortal. Y además, ¿qué se debe considerar como “acumulación excesiva de riqueza”? ¿Todos los que aparecen en la lista de Forbes?; ¿todos aquellos cuya riqueza sea mayor a la riqueza media de la población de un país más una cierta desviación estándar? ¿Es excesivo tener una riqueza global entre propiedades, valor del capital humano y ahorro financiero de 100 mil pesos o sólo si asciende a más de un millón de dólares? Extraño; muy extraño.
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