La educación en casa: Homeschooling y/o unschooling

Fernando Nogales Lozano explica de qué consisten los distintos modelos de educación en casa, educación que desde la perspectiva de la Escuela Austriaca de economía merece ser defendida puesto que considera que los padres tienen total protagonismo a la hora de decidir la forma y contenidos que creen más adecuados para la educación de sus hijos.

Por Fernando Nogales Lozano

En el artículo anterior “Empresarialidad y educación: Principios pedagógicos”, nos planteábamos la pregunta: ¿Cuáles serían algunas de las claves psicopedagógicas más aconsejables desde una perspectiva austriaca?

En dicho artículo comentábamos tres de ellas: la educación en casa, la educación diferenciada y la educación emprendedora. Quiero profundizar en el presente artículo en la educación en casa y hacerlo en términos evolutivos, pues además de haber muy poco escrito al respecto, hacerlo es esencial para la Escuela de Economía Austriaca

Al respecto de dicho modelo educativo, comentábamos también que la Escuela Austriaca otorgaba a los padres el total protagonismo a la hora de decidir la forma y contenidos que creían más adecuados para la educación de sus hijos. Es desde esta perspectiva que los austriacos hacemos una clara apuesta por la defensa del modelo de homeschooling 1 (“educación en casa”) y/o unschooling2 (plena autonomía educativa de los padres para con sus hijos).

Si tuviéramos que señalar alguna diferencia significativa entre ambos modelos educativos, podríamos decir, que para los defensores del unschooling, el homeschooling se quedaría en un mero “traer el aula al hogar” (se enseña lo mismo que en el colegio, pero en casa y en un entorno de valores familiares), en tanto que unschooling3 refiere más a un modelo educativo totalmente libre y diseñado por los padres en el mundo real de la vida cotidiana (diríamos que es completamente libertario). Ahora bien, más allá de las disquisiciones de los puristas de ambos conceptos, su denominador común es el total protagonismo de los padres en  la educación de sus hijos4.

La familia como origen de las identidades individuales

La educación en casa es importante no sólo por la libertad que otorga a los padres en la educación de sus hijos, sino y sobre todo, porque la familia es la conformadora fundamental de las identidades individuales. Ello es de suma importancia en la actualidad, dado que en la mayoría de los estados la llamada educación pública está cada día más planificada, centralizada y estandarizada, por lo que las identidades que desarrolla en los niños, no son individuales, sino colectivas5.

Es decir, la educación en casa a través de la transmisión de los valores familiares tiene como principal función conformar las identidades individuales de los hijos y ello al margen de los niveles de instrucción que pudieran ser alcanzados en la paralela transmisión de conocimientos. Por mucha instrucción que reciban los alumnos en la educación pública, si no hay valores diferenciados sólo habrá identidades colectivas.

De la importancia que tienen una buena transmisión de los valores individuales son un buen ejemplo los empresarios, dispuestos siempre a sacar el mejor beneficio de sus talentos y afrontar en sus objetivos de vida las adversidades que se les presentan. La mayor parte de ellos no tienen altos niveles de instrucción, sin embargo si tienen personalidades individuales fuertes y a través de las mayores cotas de libertad individual que les permite su entorno, ser capaces de hacer de sus objetivos empresariales sus proyectos de vida6.
En este sentido, la familia como transmisora de valores, como generadora de identidades individuales claras, como contexto de intercambios de todo tipo y a lo largo de toda la vida, difícilmente es superada por institución educativa alguna.

La familia como transmisora de la mayoría de las instituciones sociales evolutivas

Pero la familia no es solamente la generadora de identidades individuales, pues si en si misma es la más vieja institución social evolutiva espontánea conocida, al tiempo como entorno de convivencia es la que mejor transmite el resto de ellas (el lenguaje, la propiedad privada, los intercambios de mercado, el valor del dinero, etc.)7, pues sin el desarrollo de dichas instituciones sociales evolutivas los seres humanos no hubiéramos podido subsistir.

De nuevo aquí conviene recordar como ejemplo el caso de las familias empresarias (tan extendidas por el mundo a lo largo de todos los tiempos). En ellas los hijos no solamente aprenden a identificarse con los valores específicos de cada familia, sino que aprenden de la importancia de los mercados, fundamentales para conseguir los bienes que necesitan a través del intercambio; de la importancia del dinero como medio de intercambio; del valor de los contratos durante los mismos; del valor de la propiedad y derechos privados; etc.8  Bien es cierto que en las familias empresarias se ve de una manera más objetiva y plástica el desarrollo de dichas instituciones sociales evolutivas, pero la transmisión de la función empresarial con todo lo que ello implica, se transmite en todas las familias (y en consecuencia a la sociedad en su conjunto) en su lucha por dar respuesta lo más eficaz posible a sus respectivas necesidades9.

En este sentido podemos afirmar que las familias como transmisoras de la herencia cultural han sido y siguen siendo las grandes educadoras de la especie humana a lo largo de toda la historia.  
Por tanto, y por todo lo dicho, la defensa de la educación en casa como modelo psicopedagógico, es esencial para el desarrollo de las identidades individuales, el desarrollo de la función empresarial y la transmisión de la mayoría de las instituciones sociales evolutivas (el lenguaje, el dinero, el mercado, la propiedad privada, etc.).

En unos entornos como los actuales, con una educación pública mayormente planificada, centralizada y estandarizada, ante la posibilidad de los llamados “estados democráticos” poder imponer a sus ciudadanos modelos homogéneos de carácter constructivista, para preservar su libertad de enseñanza, se hace más necesario que nunca devolver a las familias el derecho a educar a sus hijos en casa.

La educación en casa por parte de las familias no solamente garantiza mejor una educación en libertad (y por tanto, el desarrollo del libre pensamiento individual); sobre todo garantiza el nexo de unión entre la tradición (instituciones sociales evolutivas) y el desarrollo de sociedades abiertas a futuro. Ello es el mejor antídoto que podemos tener ante las periódicas tentaciones que hemos conocido de construir “hombres nuevos” y “paraísos estado”10… vía estructuras de planificación central de la educación.

Referencias:

1. Molina, Pablo. “Homeschooling. Liberalismo.org. 7 de junio de 2005.Su nacimiento ha de interpretarse no sólo como parte del proceso natural de evolución de los sistemas educativos, que también, sino especialmente como un mecanismo de autodefensa al que los padres se ven abocados frente a un modelo estatal en manos de la izquierda, que ha transformado el concepto de educación, basado tradicionalmente en la transmisión de conocimientos y de un determinado legado moral y religioso, en un fiero crisol con el que manipular las conciencias de la futura población adulta según la agenda política marxista”.

2. Zaldívar, Jon Igelmo. “El movimiento del unschooling. “El unschooling toma como referencia para la organización del aprendizaje la necesidad de permitir a los niños y niñas aprender a través de las experiencias de la vida natural. Dentro de estas experiencias están los juegos, las responsabilidades del hogar, las experiencias de trabajo y la interacción social. En consecuencia, su rechazo a las escuelas es frontal”.

3. Martin, Dayna Leigh. "¿Qué es el unschooling?" En el canal de YouTube de DaynaLeighMartin es un ejemplo de educación libertaria unschooling realizado por esta autora.

4. Burguera, María Ángeles. “Familias canadienses piden que la escuela respete los derechos educativos de los padres”. Aceprensa. 26 de julio de 2011. En este artículo reciente, la autora resalta, la conciencia cívica cada vez mayor de las familias canadienses porque se respeten sus derechos a educar a sus hijos en libertad sin coacción alguna por parte de las instituciones estatales de educación pública.

5. Rallo, Juan Ramón. “Por una educación privada y libre” Instituto Juan de Mariana. 22 de noviembre de 2005. Interesante artículo de este autor en defensa de la educación privada y la educación en casa.

6. Nogales Lozano, Fernando. La familia empresaria. Aprenda a diagnosticar sus déficits y potencialidades. Ediciones Diáz de Santos (Madrid, España), enero de 2008. En este libro hablo profusamente de las características educativas que se desarrollan en las familias empresarias en los ámbitos individual, familiar, social y empresarial, y que son claves para sus éxitos como empresas familiares.

7. Martínez Meseguer, César M. La teoría evolutiva de las instituciones. La perspectiva austriaca (Capítulos XII, XIII, XIV y XV). Unión Editorial (Madrid, España), 2009. En estos capítulos el autor profundiza ampliamente sobre las principales instituciones sociales evolutivas: el lenguaje, el derecho, el mercado, el dinero, etc.

8. Nogales Lozano, Fernando. La empresa familiar y los nuevos retos de gestión. Fundación EOI (Madrid, España), 2007. En este libro coordinado por  mí y escrito por varios autores le dedico dos capítulos de gran interés para la temática comentada en este punto. Capítulo 8: “Las culturas familiares: gestión clave para la cohesión y continuidad de las familias empresarias” y Capítulo 10: “La educación en las familias empresarias”.

9. Huerta de Soto, Jesus. Estudios de economía política (Capítulo 1, p. 50). Unión Editorial (Madrid, España), 1994. En suma, podríamos concluir definiendo la sociedad como un proceso (es decir, una estructura dinámica) de tipo espontáneo, es decir, no diseñado conscientemente por nadie; muy complejo, pues está constituido por millones de personas con una infinita variedad de objetivos, gustos, valoraciones y conocimientos prácticos; de interacciones humanas (qué básicamente son relaciones de intercambio que se plasman en precios monetarios y se efectúan según unas normas, hábitos o pautas de conducta); movidas todas ellas por la fuerza de la función empresarial, que constantemente crea, descubre y transmite información, ajustando y coordinando de forma competitiva los planes contradictorios de los individuos y haciendo posible la vida en común de todos ellos con un número y una complejidad y riqueza de matices y elementos cada vez mayores”.

10. Rothbard, Murray N. La ética de la libertad. Unión Editorial (Madrid, España), 1995. Capítulo 21, p. 229-230: “Reviste particular importancia para el Estado del mundo moderno —en un momento en el que es patente que ya ha dejado de ser viable la iglesia establecida— hacerse con el control del sistema educativo para poder moldear las mentes de sus súbditos. Además de la influencia ejercida en las universidades a través de las múltiples modalidades de subvenciones oficiales y centros de estudios superiores de titulación estatal directa, los gobiernos controlan la educación en sus niveles inferiores mediante las universales instituciones de enseñanza pública, los certificados, los permisos y las condiciones que el Estado impone a los centros privados, además de la normativa que fija la asistencia obligatoria a los centros escolares. A todo ello se añade el control virtualmente total de la radiotelevisión, bien porque es de titularidad pública en la mayoría de los países, o bien porque, a través de la nacionalización de las ondas, las autoridades reservan la facultad (por ejemplo en EE.UU.) de conceder —o de negar— a los centros emisores privados la utilización de estas frecuencias y canales”.