Ecuador: Seis años de revolución
Gabriela Calderón de Burgos reseña el libro de Pablo Lucio Paredes, Revolución Ciudadana: Tanto para tan poco, donde Paredes compara el desempeño económico del gobierno de Rafael Correa, que ha gozado de la segunda y más grande bonanza petrolera en la historia del país, con aquel de gobiernos anteriores.
Por Gabriela Calderón de Burgos
La propaganda del gobierno de Rafael Correa suele hacernos creer que antes de 2007 todo estaba mal. Pero las generalizaciones usualmente son imprecisas y conducen a grandes distorsiones de la realidad. Con un análisis desde una óptica liberal, lleno de sentido común y respaldado en cifras, el libro de Pablo Lucio Paredes —Revolución Ciudadana: Tanto para tan poco— ayuda a despejar muchas confusiones.
La revolución ha gozado de la segunda y más grande bonanza petrolera en la historia del país. El precio promedio del petróleo entre 1978-1983 fue de $77, entre 2001-2006 fue de $37 y entre 2007-2012 fue de $79,8 (cifras en dólares de 2011). Si observamos la cantidad de divisas obtenidas durante los distintos periodos la comparación también es impresionante: entre 1978-1983 el Estado recibió $23.240 millones, entre 2001-2006 recibió 28.258 millones y entre 2007-2012 $62.841 millones, ¡más del doble!
El gasto público ha pasado de 26,3% del PIB en 2006 a más de 40,8% del PIB en 2012. La burocracia ha crecido, sumando alrededor de 100.000 empleados públicos desde 2007, llegando a 500.000 empleados públicos en 2012.
De todo lo anterior se deriva la palabra “Tanto” en el título del libro aquí reseñado.
¿Y tanto para qué? Paredes argumenta que “para tan poco”. Antes de tiempos revolucionarios, entre 2002 y 2006, Ecuador crecía a una tasa promedio de 4,9%. En cambio, durante la revolución (2007-2012) el país creció a una tasa promedio ligeramente inferior de 4,3%. Si observamos la reducción de la pobreza vemos que la tendencia es la misma que había antes de la revolución, una reducción de alrededor de 2% al año. Algo decepcionante si se considera que el país recibió muchísimos más recursos durante este último periodo. Además, vemos como Ecuador se ha estancado en el ranking del Índice de Desarrollo Humano conforme otros países avanzaron, entre esos Panamá, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.
Uno de los capítulos más interesantes en el libro de Paredes es aquel sobre las obras públicas. Por ejemplo, ahí Paredes dice que es cierto que nunca ha habido 8 hidroeléctricas en camino pero también es cierto que nunca se han demorado tanto en construir y además indica que “las dos últimas hidroeléctricas que se han hecho en el país no fueron hace 50 años, sino hace apenas ocho años en los gobiernos anteriores, ya en el siglo XXI: San Francisco y Mazar con una capacidad total de 400 Mw . . .¿Y la "Revolución Ciudadana"? Bueno, lleva seis años (y la ventaja de hacer contratos con poca tramitología), y lo único que ha inaugurado ha sido el proyecto Ocaña de ¡50 Mw!”
Sobre la educación Paredes reconoce que ha habido más inversión pero analizando los resultados obtenidos de ese gasto indica que los únicos casos en que la tendencia cambia radicalmente en relación al pasado son los sueldos de los maestros y el gasto público en educación. Las tendencias en erradicación del analfabetismo, incremento en matrícula en bachillerato, universalización de la educación primaria y básica todas muestran “un avance constante que continua lo emprendido en el pasado” (con muchos menos recursos).
Luego de leer todo el libro se puede concluir que Ecuador no es Venezuela, particularmente por una razón, que yo hubiera destacado más en el libro y que el gobierno suele despreciar: la dolarización.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 22 de febrero de 2013.